jueves, 10 de marzo de 2011

“El Secreto” Sólo cuenta parte de “El Secreto” por Mabel Katz

Ho’oponopono es “El secreto”
Decidí escribir mi libro, El Camino Más Fácil, porque sabía que había descubierto un secreto, y no podía guardármelo. Cuando era una niña, las personas de mi familia se negaban a compartir sus secretos conmigo porque sabían que yo correría a contárselo a todo el mundo. Ahora, desde que descubrí este secreto, he estado corriendo por todas partes contándoles a todas las personas posibles. En mi opinión, El Secreto es en realidad el poder increíble que tenemos todos para cambiar nuestras vidas sin depender de nadie ni de nada fuera de nosotros mismos.
He estado en entrenamiento con el Dr. Ihaleakala Hew Len, un shamán hawaiano, durante los últimos 10 años. Durante gran parte de este tiempo, pensé que no era fácil hacerme 100% responsable, tal como lo exige el Ho’oponopono. Pero perseveré. Con el tiempo, entendí que hacerme 100% responsable es el camino más fácil. Piénsenlo bien. ¡Si nosotros creamos una situación, nosotros podemos cambiarla!
Sé que la gente ha estado probando algunos de los conceptos que se comparten en El Secreto , como el pensamiento positivo, y se siente desesperanzada. Cuando no ocurre el resultado esperado, las personas sienten que hay algo de malo en ellas, o pierden la esperanza. En mi opinión, esto es porque El secretopresenta sólo una parte del Secreto “completo”, y lo hace de manera simplista. Tal como lo indicó Joe Vitale, el Ho’oponopono verdaderamente va más allá de estos conceptos, y deseo ardientemente que esto se sepa. Más abajo he incluido unas pocas selecciones de El secreto con el propósito de aclarar algunas de las dificultades de la “Ley de la atracción” según se expone en dicho libro.
El Secreto indica que :
La mente puede manifestar cualquier cosa que puede imaginar.
Esto suena fabuloso, pero no somos conscientes de los millones de pensamientos que se repiten en el trasfondo de nuestra mente, en nuestra mente inconsciente. Desgraciadamente, no podemos controlar estos pensamientos porque no estamos conscientes de ellos. En realidad, mientras imaginamos, visualizamos y “controlamos” el 2% de nuestros pensamientos, el otro 98% se repite en el trasfondo y posiblemente socava el enfoque positivo que estamos tratando de crear conscientemente. Esto puede llevarnos a perder la esperanza cuando no entendemos por qué las cosas no salen como nosotros esperamos que salgan.
Somos el resultado de nuestros pensamientos. ¡Por supuesto! Pero una vez más ¿qué pensamientos? ¿El 2% del cual estamos conscientes o el 98% que está en nuestro inconsciente? Podemos pensar que controlamos la situación, pero a menos que nos entreguemos y le demos permiso a la parte nuestra que sabe lo que es perfecto y correcto para nosotros para que nos lo traiga, seremos completamente controlados por los pensamientos inconscientes que el Ho’oponopono llama recuerdos o viejos programas. Incluso cuando creemos que el proceso de manifestar situaciones mentalmente está funcionando porque obtenemos fácilmente algo que imaginamos o visualizamos, en realidad ésta es meramente una manipulación de la realidad y, si no es correcto para nosotros, desaparecerá tan rápido como apareció. Es cierto que nuestro poder no tiene límites. Somos creadores, y creamos con nuestros pensamientos. Es muy importante saber esto. Sin embargo, también es importante saber que no sabemos plenamente quiénes somos. En realidad no sabemos todo lo que estamos pensando, y lo que es peor aún, no sabemos que no lo sabemos.
Todo lo que viene a nuestra vida (lo bueno y lo malo) ha sido creado por nosotros, atraído por nosotros.
Estoy de acuerdo en que es ABSOLUTAMENTE NECESARIO hacerse 100% responsable. No hay nada más allá de nosotros. Sólo existimos nosotros y nuestros pensamientos. Si queremos que algo cambie, nosotros debemos cambiar.
Todos los seres humanos son influenciados por las mismas fuerzas y leyes. Usamos la misma energía y usamos el mismo oxígeno para respirar.
Estoy totalmente de acuerdo con esta declaración. No importa si uno tiene dinero o no, si es profesional o no. No importa cuántos títulos de universidad pueda uno tener. Sin embargo, creo que la ley básica que nos afecta a todos es que debemos hacernos 100% responsables y saber que todo depende de las elecciones que hacemos. Siempre estamos eligiendo, y debemos elegir si preferimos entregarnos y dejar que el universo (Dios) nos traiga lo que es perfecto para nosotros, o continuar creyendo que sabemos todo y podemos resolverlo todo solos.
No dejes ir a tus deseos. Haz todo lo que sea necesario para sentir que tus deseos ya existen.
Esta declaración es parcialmente el resultado de pensar que lo sabemos todo. Como creemos que sabemos, tendemos a dar órdenes. Le decimos a DIOS qué queremos, y cómo y cuándo lo queremos. Tratamos a Dios como si fuera un conserje. ¿Cómo sabemos lo que es correcto y perfecto para nosotros? La verdad es que sólo es necesario darle permiso a Dios, y luego permitirle a Él que haga todo el trabajo. Les prometo que quedarán sorprendidos por los resultados.
Haz lo que sea necesario para sentir que tu deseo ya existe. Mientras uno hace todo este esfuerzo por sentir y corregir (forzando, manipulando) las cosas a nivel consciente, el inconsciente está en otra parte. Debemos tratar a nuestro inconsciente con amor, y pedirle que se entregue. Éste es el verdadero significado del axioma “Ama a tus enemigos”.
El ser feliz es el atajo para llegar más rápido al lugar donde quieres llegar.
Yo solía decirles a mis hijos: “Su deber es ser feliz”. ¿Alguna vez han notado que, cuando estamos felices las cosas buenas “ocurren” y “vienen a nosotros” milagrosamente? ¡Esto es posible porque, cuando estamos felices, en general no pensamos ni nos preocupamos! En este estado de ánimo, estamos abiertos y somos flexibles. Así dejamos de ser un obstáculo en nuestro propio camino, y permitimos que nos llegue lo que es correcto y perfecto para nosotros.
Cuando te sientes bien, atraes cosas buenas. Cuando te sientes mal, atraes cosas malas.
Yo he descubierto que a veces puedo estar sintiéndome bien, e igualmente no sé por qué no atraigo cosas buenas a mi vida. Yo creo que esto puede ser causado ya sea por el millón de pensamientos inconscientes que se repiten en mi cabeza o el hecho de que estoy pidiendo algo que yo considero “bueno”, pero que en realidad no es correcto para mí.

Ho'oponopono esta mas alla de El Secreto

lunes, 7 de marzo de 2011

LECCIÓN 066 Mi función y mi felicidad son una.

LECCIÓN 066

Mi función y mi felicidad son una.


Seguramente habrás notado que en nuestras lecciones más recientes hemos hecho hincapié en la conexión que existe entre desempeñar tu función y alcanzar la felicidad. Esto ha sido así porque realmente tú no ves la conexión. Sin embargo, se trata de algo más que una simple conexión: son una misma cosa. La manera en que cada una se manifiesta es distinta, pero el contenido es exactamente el mismo.

El ego está batallando constantemente con el Espíritu Santo en torno a la cuestión fundamental de cuál es tu función. También batalla con Él constantemente con respecto a qué es tu felicidad. No es ésta una batalla que tenga dos contendientes. El ego ataca y el Espíritu Santo no responde. Él sabe cuál es tu función. Él sabe que es tu felicidad.

Hoy intentaremos ir más allá de esta batalla completamente absurda y arribar a la verdad con respecto a tu función. No nos vamos a enfrascar en argumentos fútiles con respecto a lo que es tu función. No vamos a tratar inútilmente de definir lo que es la felicidad ni de determinar los medios para alcanzarla. No vamos a gratificar al ego escuchando sus ataques contra la verdad. Sencillamente nos alegraremos de que podemos descubrir lo que ésta es.

El propósito de la sesión de práctica larga de hoy es que aceptes el hecho de que no sólo existe una conexión muy real entre la función que Dios te dio y tu felicidad, sino que ambas cosas son, de hecho, lo mismo. Dios te da únicamente felicidad. Por lo tanto, la función que Él te dio tiene que ser la felicidad, aunque parezca ser otra cosa. Los ejercicios de hoy son un intento de ir más allá de estas diferencias de aspecto y de reconocer un contenido común allí donde en verdad lo hay.

Comienza la sesión de práctica de diez o quince minutos reflexionando sobre estos pensamientos:

Dios me da únicamente felicidad.
Él me ha dado mi función.
Por lo tanto, mi función tiene que ser la felicidad.

Trata de ver la lógica en esta secuencia, incluso si aún no aceptas la conclusión. Únicamente si los dos primeros pensamientos son erróneos, podría ser falsa la conclusión. Reflexionemos, entonces, por un rato sobre estas premisas según practicamos.

La primera premisa es que Dios te da únicamente felicidad. Esto, desde luego, podría ser falso, pero para que fuese falso sería preciso definir a Dios como algo que Él no es. El Amor no puede dispensar maldad, y lo que no es felicidad es maldad. Dios no puede dar lo que no tiene, ni puede tener lo que Él no es. Si Dios no te diese únicamente felicidad, ciertamente sería malvado. Y ésa es la definición que crees acerca de Él si no aceptas la primera premisa.

La segunda premisa afirma que Dios te ha dado tu función. Hemos visto que tu mente sólo tiene dos partes. Una de ellas la gobierna el ego y se compone de ilusiones. La otra es la morada del Espíritu Santo, donde reside la verdad. Sólo puedes escoger entre estos dos guías, y los únicos resultados que pueden proceder de tu elección son el miedo que el ego siempre engendra o el amor que el Espíritu Santo siempre ofrece para reemplazarlo.

Así pues, o bien fue Dios Quien estableció tu función a través de Su Voz, o bien fue el ego, que tú inventaste para reemplazarlo a Él. ¿Cuál de estas posibilidades es verdad? A menos que hubiese sido Dios Quien te dio tu función, ésta sólo podría ser un regalo del ego. Mas ¿qué regalos puede dar el ego, cuando él mismo es una ilusión y lo único que puede ofrecer son regalos ilusorios?

Piensa en esto durante tu sesión de práctica más larga de hoy. Piensa asimismo en las múltiples formas que tu ilusoria función ha adoptado en tu mente, y en las muchas maneras por las que, guiado por el ego, trataste de encontrar la salvación. ¿La encontraste? ¿Te sentiste feliz? ¿Te brindaron paz? Hoy necesitamos ser muy honestos. Recuerda objetivamente los resultados que lograste y examina si en algún momento fue razonable pensar que podías encontrar felicidad en nada que el ego jamás propusiera. Con todo, la única alternativa para la Voz del Espíritu Santo es el ego.

Prestarás oídos a la locura, o bien oirás la verdad. Trata de hacer tu elección mientras reflexiones sobre las premisas en las que se basa nuestra conclusión. Podemos concurrir con esta conclusión, pero no con ninguna otra, toda vez que Dios Mismo concurre con nosotros al respecto. La idea de hoy es otro paso gigantesco hacia la percepción de lo que es lo mismo como lo mismo y de lo que es diferente como diferente. A un lado están las ilusiones. Al otro, la verdad. Tratemos hoy de darnos cuenta de que sólo la verdad es verdad.

Para las sesiones de práctica más cortas, que hoy te resultarán muy beneficiosas si las llevas a cabo dos veces por hora, sugerimos la siguiente forma de aplicación:

Mi función y mi felicidad son una porque Dios me dio las dos.
No te tomará más de un minuto, y probablemente menos, repetir estas palabras lentamente y pensar en ellas por un rato mientras las dices

domingo, 6 de marzo de 2011

JESSICA COX TOCANDO EL CIELO HD

LECCIÓN 065 Mi única función es la que Dios me dio.

LECCIÓN 065
Mi única función es la que Dios me dio.
La idea de hoy reafirma tu compromiso con la salvación. También te recuerda que no tienes ninguna otra función salvo ésa. Ambos pensamientos son obviamente necesarios para un compromiso total. La salvación no podrá ser tu único propósito mientras sigas abrigando otros. Aceptar la salvación como tu única función entraña necesariamente dos fases: el reconocimiento de que la salvación es tu función, y la renuncia a todas las demás metas que tú mismo has inventado.
Ésta es la única manera en que puedes ocupar el lugar que te corresponde entre los salvadores del mundo. Ésta es la única manera en que puedes decir, y decirlo en serio: 'Mi única función es la que Dios me dio'. Y ésta es la única manera en que puedes encontrar paz.
Hoy, y durante los próximos días, reserva diez o quince minutos para una sesión de práctica más prolongada, en la que trates de entender y aceptar el verdadero significado de la idea de hoy. La idea de hoy te ofrece el que puedas escapar de todas las dificultades que percibes. Pone en tus manos la llave que abre la puerta de la paz, la cual tú mismo cerraste. Es la respuesta a la incesante búsqueda en la que has estado enfrascado desde los orígenes del tiempo.
Trata, en la medida de lo posible, de llevar a cabo las sesiones de práctica más largas a la misma hora todos los días. Trata asimismo, de fijar esa hora de antemano, y de adherirte luego al máximo al horario establecido. El propósito de esto es organizar tu día de tal manera que hayas reservado tiempo para Dios, así como para todos los propósitos y objetivos triviales que persigues. Esto es parte del entrenamiento a largo plazo que tu mente necesita para adquirir disciplina, de modo que el Espíritu Santo pueda valerse de ella de manera consistente para el propósito que comparte contigo.
En la sesión de práctica más prolongada, comienza repasando la idea de hoy. Luego cierra los ojos y repite la idea para tus adentros una vez más, observando tu mente con gran detenimiento a fin de poder captar cualquier pensamiento que cruce por ella. Al principio, no trates de concentrarte exclusivamente en aquellos pensamientos que estén relacionados con la idea de hoy. Trata, más bien, de poner al descubierto cada pensamiento que surja para obstaculizarla. Toma nota de cada uno de ellos con el mayor desapego posible según se presente, y deséchalos uno por uno a medida que te dices a ti mismo:
Este pensamiento refleja un objetivo que me está impidiendo aceptar mi única función.
Después de un rato, te resultará más difícil poder detectar los pensamientos que causan interferencia. Sigue tratando, no obstante, durante un minuto más o menos, intentando detectar algunos de los pensamientos vanos que previamente eludieron tu atención, pero sin afanarte o esforzarte innecesariamente en ello. Luego repite para tus adentros:
Que en esta tabla rasa quede escrita mi verdadera función.

No es preciso que uses estas mismas palabras, pero trata de tener la sensación de que estás dispuesto a que tus propósitos ilusorios sean reemplazados por la verdad.

Finalmente, repite la idea de hoy una vez más y dedica el resto de la sesión de práctica a reflexionar sobre la importancia que dicha idea tiene para ti, el alivio que su aceptación te ha de brindar al resolver todos tus conflictos de una vez por todas, y lo mucho que realmente deseas la salvación, a pesar de tus absurdas ideas al contrario.

En las sesiones de práctica más cortas, que deben hacerse por lo menos una vez por hora, usa el siguiente modelo al aplicar la idea de hoy:

Mi única función es la que Dios me dio.
No quiero ninguna otra ni tengo ninguna otra.

Cierra los ojos en algunas ocasiones al practicar esto, y en otras, manténlos abiertos mientras miras a tu alrededor. Lo que ahora ves será totalmente diferente cuando aceptes la idea de hoy sin reservas.

sábado, 5 de marzo de 2011

Re-cuerden... El juego de las escondidas



Lo que viene a continuación es una descripción de la vida en el planeta Tierra. Es información proporcionada por las entidades amorosas que sencillamente llamamos "El Grupo", canalizadas por Steve Rother. Es la base de toda la información que venimos recibiendo de El Grupo y que se presenta en las canalizaciones de los Faros de Luz("Beacons of Light") También es la respuesta a la pregunta de Steve: "¿Por qué estamos aquí?"
Permítannos llevarlos en un viaje…
Todos estamos reunidos en una pradera a los pies de una montaña. Estamos en nuestro hogar y todos jugamos unidos en perfecto amor. Un hermano querido se acerca y pregunta: —¿Alguno de los presentes quiere jugar un juego nuevo? —¿Qué tipo de juego?— preguntamos. —¿Se parece a los que jugamos ahora? —No,— responde, —no se parece en nada a lo que hemos hecho hasta ahora. Será un juego muy elaborado con muchos accesorios y disfraces. Llevaremos velos para no ver ni re-cordar nuestra verdadera naturaleza, y el velo también estará oculto a nuestra vista. Así comenzaremos a jugar y re-cordar. Este velo será tan eficaz que no solamente olvidaremos lo que somos sino que también olvidaremos el hogar. Incluso cuando nos crucemos en el camino, nos miraremos a los ojos y no seremos capaces de reconocernos. El velo será tan eficaz que muchos veremos los accesorios y disfraces a nuestro alrededor y creeremos verdaderamente que eso es todo lo que existe. Conservaremos todos nuestros poderes, sin embargo, no re-cordaremos cómo usarlos o que existen siquiera.
—El Juego se jugará por etapas, y antes de comenzar cada etapa del Juego y para ayudarnos a re-cordar podremos colocar en nuestro camino todos los recordatorios que deseemos. Recomiendo colocar muchos recordatorios, porque la mayoría los desechará con su raciocinio, dudando sobre su veracidad. Elegiremos el momento y el lugar de nuestras entradas y salidas en el tablero de Juego. También estableceremos circunstancias y lecciones que queremos completar mientras permanecemos debajo del velo. Llevaremos un registro y los puntos se acumularán cuando pasemos de una etapa a otra. Este sistema de puntos lo usaremos solamente para determinar lo que deseemos incluir en nuestra siguiente etapa. No podremos recordar el paso de una etapa a otra, sin embargo, una vez adquirida la maestría en determinados atributos, podremos llevarlos con nosotros a la siguiente etapa. Siempre conservaremos la esencia de nuestro ser y la personalidad, sin embargo, no re-cordaremos que atravesamos el velo llevándolos con nosotros a las siguientes etapas.
—El buen humor será siempre un recordatorio que atravesará el velo sin pasar por el puesto de control, y si nuestros hermanos que quedaron al otro lago notan que nos estamos poniendo muy serios, nos harán cosquillas en el huesito de la alegría para recordarnos que éste es solamente un juego.
—Además, tendremos a nuestra disposición muchos maestros para que nos ayuden en caso de que nos alejemos demasiado del camino. Ah, sí, casi se me olvida una parte importante del juego…en todo momento habrá Libre Albedrío. Tendremos el derecho de elegir en todas las situaciones, incluso podremos escoger no jugar el Juego o llamar a un reemplazo. Podremos elegir escondernos, o podremos elegir buscar, depende completamente de nosotros.
—En el Tablero de Juego existirá la polaridad. Esto tiene que ver con la mecánica del Tablero de Juego, y será un componente necesario puesto que proporciona el contraste necesario. Sin embargo, la polaridad ennublará nuestra visión. Con nuestros ojos ennublados de polaridad, percibiremos las cosas como Arriba o Abajo, Claro u Oscuro, Bueno o Malo, Amor o Temor, Correcto o Incorrecto. No permitamos que esto nos engañe; es sólo una ilusión.
—Mientras dure el Juego, todos dejaremos atrás, en un lugar especial, los aspectos más elevados de nosotros mismos, de lo contrario el Juego sería demasiado fácil. Nuestro yo superior estará a nuestra disposición en todo momento. El reto será aprender a conectarnos con él y a re-cordar que existe como una parte de nosotros mismos. Podremos escoger a nuestros seres queridos especiales para que permanezcan detrás de nuestro hombro y nos aconsejen durante el Juego. Nuevamente, re-cordar que ellos existen será una parte importante del Juego.
—El propósito del Juego será ver cuántos podremos re-cordar lo que somos, de dónde venimos, y cuáles son los poderes que tenemos. Cuando re-cordemos, podremos re-unirnos con nuestro yo superior y re-crear el hogar en el otro lado del velo para probar que hemos re-cordado plenamente.
¿Quién quiere jugar?

La Sabiduría del Silencio Interno



La Sabiduría del Silencio Interno
- Habla simplemente cuando sea necesario. Piensa lo que vas a decir antes de abrir la boca.
- Sé breve y preciso ya que cada vez que dejas salir una palabra, dejas salir al mismo tiempo una parte de tu chi. De esta manera aprenderás a desarrollar el arte de hablar sin perder energía.
- Nunca hagas promesas que no puedas cumplir.
- No te quejes y no utilices en tu vocabulario palabras que proyecten imágenes negativas
porque se producirá alrededor de ti todo lo que has fabricado con tus palabras cargadas de chi.
- Si no tienes nada bueno, verdadero y útil qué decir, es mejor quedarse callado y no decir nada.
- Aprende a ser como un espejo: Escucha y refleja la energía. El universo mismo es el mejor ejemplo de un espejo que la naturaleza nos ha dado, porque el universo acepta sin condiciones nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras palabras, nuestras acciones y nos envía el reflejo de nuestra propia energía bajo la forma de las diferentes circunstancias que se presentan en nuestra vida.
- Si te identificas con el éxito, tendrás éxito. Si te identificas con el fracaso, tendrás fracasos. Así podemos observar que las circunstancias que vivimos son simplemente manifestaciones externas del contenido de nuestra habladuría interna.
Aprende a ser como el universo, escuchando y reflejando la energía sin emociones densas y sin prejuicios. Porque siendo como un espejo sin emociones aprendemos a hablar de otra manera. Con el poder mental tranquilo y en silencio, sin darle oportunidad de imponerse con sus opiniones personales y evitando que tenga reacciones emocionales excesivas, simplemente permite una comunicación sincera y fluida.
- No te dés mucha importancia, y sé humilde, pues cuanto más te muestras superior, inteligente y prepotente, más te vuelves prisionero de tu propia imagen y vives en un mundo de tensión e ilusiones. Sé discreto, preserva tu vida íntima, de esta manera te liberas de la opinión de los otros y llevarás una vida tranquila volviéndote invisible, misterioso, indefinible, insondable como el Tao.
- No compitas con los demás, vuélvete como la tierra que nos nutre, que nos da lo que necesitamos. Ayuda a los otros a percibir sus cualidades, a percibir sus virtudes, a brillar. El espíritu competitivo hace que crezca el ego y crea conflictos inevitablemente. Ten confianza en ti mismo, preserva tu paz interna evitando entrar en la provocación y en las trampas de los otros.
- No te comprometas fácilmente. Si actúas de manera precipitada sin tomar conciencia profunda de la situación, te vas a crear complicaciones. La gente no tiene confianza en aquellos que muy fácilmente dicen “sí”, porque saben que ese famoso “sí” no es sólido y le falta valor. Toma un momento de silencio interno para considerar todo lo que se presenta y toma tu decisión después. Así desarrollarás la confianza en ti mismo y la sabiduría.
- Si realmente hay algo que no sabes, o no tienes la respuesta a la pregunta que te han hecho, acéptalo. El hecho de no saber es muy incómodo para el ego porque le gusta saber todo, siempre tener razón. y siempre dar su opinión muy personal. En realidad el ego no sabe nada, simplemente hace creer que sabe.
- Evita el hecho de juzgar y de criticar el Tao es imparcial y sin juicios, no critica a la gente, tiene una compasión infinita y no conoce la dualidad. Cada vez que juzgas a alguien lo único que haces es expresar tu opinión muy personal y es una pérdida de energía, es puro ruido. Juzgar es una manera de esconder sus propias debilidades. El sabio tolera todo y no dirá ni una palabra.
- Recuerda que todo lo que te molesta de los otros es una proyección de todo lo que todavía no has resulto de ti mismo Deja que cada quien resuelva sus propios problemas y concentra tu energía en tu propia vida. Cuando tratas de defenderte en realidad estás dándole demasiada importancia a las palabras de los otros y le das más fuerza a su agresión. Si aceptas el no defenderte estás mostrando que las opiniones de los demás no te afectan, que son simplemente opiniones y que no necesitas convencer a los otros para ser feliz. Ocúpate de ti mismo, no te defiendas.
- Tu silencio interno te vuelve impasible. Haz regularmente un ayuno de la palabra para volver a educar al ego que tiene la mala costumbre de hablar todo el tiempo Practica el arte de no hablar. Toma un día a la semana para abstenerte de hablar. O por lo menos algunas horas en el día según lo permita tu organización personal. Este es un ejercicio excelente para conocer y aprender el universo del Tao ilimitado en lugar de tratar de explicar con las palabras qué es el Tao.
- Progresivamente desarrollarás el arte de hablar sin hablar y tu verdadera naturaleza interna reemplazará tu personalidad artificial, dejando aparecer la luz de tu corazón y el poder de la sabiduría del silencio. Gracias a esta fuerza atraerás hacia ti todo lo que necesitas para realizarte y liberarte completamente. Pero hay que tener cuidado de que el ego no se inmiscuya. El poder permanece cuando el ego se queda tranquilo y en silencio. Si tu ego se impone y abusa de este poder el mismo poder se convertirá en un veneno, y todo tu ser se envenenará rápidamente.
Quédate en silencio, cultiva tu propio poder interno. Respeta la vida de los demás y de todo lo que existe en el mundo. No trates de forzar, manipular y controlar a los otros. Conviértete en tu propio maestro y deja a los demás ser lo que son, o lo que tienen la capacidad de ser. Dicho en otras palabras, vive siguiendo la vida sagrada del Tao.
Texto taoísta traducido por Oscar Salazar

LECCIÓN 064 No dejes que me olvide de mi función.

LECCIÓN 064

No dejes que me olvide de mi función.
Nada de lo que los ojos del cuerpo parecen ver puede ser otra cosa que una forma de tentación, ya que ése fue el propósito del cuerpo en sí. Hemos aprendido, no obstante, que el Espíritu Santo tiene otro uso para todas las ilusiones que tú has forjado, y, por lo tanto, ve en ellas otro propósito. Para el Espíritu Santo el mundo es un lugar en el que aprendes a perdonarte a ti mismo lo que consideras son tus pecados. De acuerdo con esta percepción, la apariencia física de la tentación se convierte en el reconocimiento espiritual de la salvación.
La idea de hoy es simplemente otra manera de decir: 'No me dejes caer en la tentación'. El propósito del mundo que ves es nublar tu función de perdonar y proveerte de una justificación por haberte olvidado de ella. Es asimismo la tentación de abandonar a Dios y a Su Hijo adquiriendo una apariencia física. Esto es lo que los ojos del cuerpo ven.

Nada de lo que los ojos del cuerpo parecen ver puede ser otra cosa que una forma de tentación, ya que ése fue el propósito del cuerpo en sí. Hemos aprendido, no obstante, que el Espíritu Santo tiene otro uso para todas las ilusiones que tú has forjado, y, por lo tanto, ve en ellas otro propósito. Para el Espíritu Santo el mundo es un lugar en el que aprendes a perdonarte a ti mismo lo que consideras son tus pecados. De acuerdo con esta percepción, la apariencia física de la tentación se convierte en el reconocimiento espiritual de la salvación.

Al repasar nuestras últimas lecciones, vemos que tu función aquí es ser la luz del mundo, y que es una función que Dios Mismo te dio. La arrogancia del ego es lo único que te hace poner esto en duda, y el miedo del ego lo único que te induce a considerarte a ti mismo indigno de la tarea que Dios Mismo te encomendó. La salvación del mundo aguarda tu perdón porque a través de él el Hijo de Dios se libera de todas las ilusiones y, por ende, de toda tentación. El Hijo de Dios eres tú.

Sólo desempeñando la función que Dios te dio podrás ser feliz. Esto se debe a que tu función es ser feliz valiéndose de los medios mediante los cuales la felicidad se vuelve inevitable. No hay otra manera. Por lo tanto, cada vez que eliges entre si desempeñar o no tu función, estás en realidad eligiendo entre ser feliz o no serlo.

Recordemos esto hoy. Tengámoslo presente por la mañana, por la noche, y también a lo largo del día. Prepárate de antemano para todas las decisiones que tengas que tomar hoy, recordando que todas ellas son en realidad muy simples. Cada una te conducirá ya sea a la felicidad o a la infelicidad. ¿Puede ser acaso difícil tomar una decisión tan simple? No permitas que la forma de la decisión te engañe. Complejidad en lo relativo a la forma no implica complejidad en lo relativo al contenido. Es imposible que el contenido de cualquier decisión aquí en la tierra se componga de cualquier otra cosa que no sea esta simple elección. Ésta es la única elección que el Espíritu Santo ve. Por lo tanto, es la única elección que existe.

Practiquemos hoy, pues, con estos pensamientos:

No dejes que me olvide de mi función.
No dejes que trate de substituir la que Dios me dio por la mía.
Déjame perdonar y ser feliz.

Por lo menos una vez hoy, dedica diez o quince minutos a reflexionar acerca de esto con los ojos cerrados. Pensamientos afines acudirán en tu ayuda si recuerdas cuán crucial es tu función para ti y para el mundo.

En las aplicaciones frecuentes de la idea de hoy a lo largo del día, dedica varios minutos a repasar estos pensamientos y luego a pensar en ellos y en nada más. Esto te resultará difícil, sobre todo al principio, ya que aún no tienes la disciplina mental que ello requiere. Tal vez necesites repetir: 'No dejes que me olvide de mi función' con bastante frecuencia para que te ayude a concentrarte.

Hoy se requieren dos variaciones de las sesiones de práctica más cortas. Haz los ejercicios con los ojos cerrados algunas veces, tratando de concentrarte en los pensamientos que estés usando. En otras, mantén los ojos abiertos una vez que hayas repasado los pensamientos, y luego mira a tu alrededor lenta e imparcialmente, repitiendo para tus adentros:
Éste es el mundo que es mi función salvar.

viernes, 4 de marzo de 2011

LECCIÓN 063 La luz del mundo le brinda paz a todas las mentes a través de mi perdón.

LECCIÓN 063

La luz del mundo le brinda paz a todas las mentes a través de mi perdón.


¡Cuán santo eres tú que tienes el poder de brindar paz a todas las mentes! ¡Cuán bendito eres que puedes aprender a reconocer los medios por lo que esto se puede lograr a través de ti! ¿Qué otro propósito podrías tener que pudiese brindarte mayor felicidad?

Ciertamente eres la luz del mundo con semejante función. El Hijo de Dios apela a ti para su redención. En tus manos está poder concedérsela porque te pertenece. No aceptes en su lugar ningún propósito trivial ni ningún deseo insensato, o te olvidarás de tu función y dejarás al Hijo de Dios en el infierno. No se te está haciendo una petición vana. Se te está pidiendo que aceptes la salvación, para que así la puedas dar.

Puesto que reconocemos la importancia de esta función, estaremos más que dispuestos a recordarla tan a menudo como nos sea posible a lo largo del día. Empezaremos el día reconociendo nuestra función y lo concluiremos pensando en ella. Repetiremos lo siguiente tantas veces como nos sea posible en el transcurso del día:

La luz del mundo le brinda paz a todas las mentes a través de mi perdón.
Yo soy el instrumento que Dios ha designado para la salvación del mundo.

Si cierras los ojos probablemente te resultará más fácil dejar que acudan a tu mente pensamientos afines, durante el minuto o dos que debes dedicar a reflexionar sobre esto. No obstante, no esperes a que se presente tal oportunidad. No se debe perder ni una sola ocasión para reforzar la idea de hoy. Recuerda que el Hijo de Dios apela a ti para su salvación. ¿Y quién sino tu Ser es el Hijo de Dios?

jueves, 3 de marzo de 2011

LECCIÓN 062 Perdonar es mi función por ser la luz del mundo.

LECCIÓN 062

Perdonar es mi función por ser la luz del mundo.


Tu perdón es lo que lleva a este mundo de tinieblas a la luz. Tu perdón es lo que te permite reconocer la luz en la que ves. El perdón es la demostración de que tú eres la luz del mundo. Mediante tu perdón vuelves a recordar la verdad acerca de ti. En tu perdón, por lo tanto, reside tu salvación.

Las ilusiones que tienes acerca de ti y acerca del mundo son una y la misma. Por eso es por lo que todo perdón es un regalo que te haces a ti mismo. Tu meta es descubrir quién eres, al haber negado tu Identidad atacando a la creación y a su Creador. Ahora estás aprendiendo a recordar la verdad. Para ello, el ataque tiene que ser reemplazado por el perdón, de manera que los pensamientos de vida puedan reemplazar a los pensamientos de muerte.

Recuerda que en todo ataque apelas a tu propia debilidad, mientras que cada vez que perdonas apelas a la fortaleza de Cristo en ti. ¿Te vas dando cuenta, pues, de lo que el perdón hará por ti? Eliminará de tu mente toda sensación de debilidad, de tensión y de fatiga. Arrasará con todo vestigio de temor, culpabilidad y dolor. Reinstaurará en conciencia la invulnerabilidad y el poder que Dios le confirió a Su Hijo.

Regocijémonos de poder comenzar y concluir este día practicando la idea de hoy, y de usarla tan frecuentemente como nos sea posible en el transcurso del día. Ello te ayudará a que pases un día tan feliz como Dios Mismo quiere que tú seas. Y ayudará a aquellos que te rodean, así como a aquellos que parecen encontrarse lejos en el espacio y en el tiempo, a compartir esta felicidad contigo.

Tan a menudo como puedas hoy, con los ojos cerrados a ser posible, repite para tus adentros:

Perdonar es mi función por ser la luz del mundo.
Cumpliré mi función para así poder ser feliz.

Dedica entonces uno o dos minutos a reflexionar sobre tu función, y la felicidad y liberación que te brindará. Deja que pensamientos afines acudan a ti libremente, pues tu corazón reconocerá estas palabras, y en tu mente se encuentra la conciencia de que son verdad. Si te distraes, repite la idea y añade:

Deseo recordar esto porque quiero ser feliz.

miércoles, 2 de marzo de 2011

LECCIÓN 061 Yo soy la luz del mundo.

LECCIÓN 061

Yo soy la luz del mundo.
¿Quién es la luz del mundo sino el Hijo de Dios? Por lo tanto, esto no es más que una afirmación de la verdad acerca de ti. Es lo opuesto a una afirmación de orgullo, de arrogancia o de autoengaño. No describe el concepto de ti mismo que tú has forjado. No se refiere a ninguna de las características con las que has dotado a tus ídolos. Se refiere a ti tal como fuiste creado por Dios. Expresa simplemente la verdad.
Para el ego la idea de hoy es el epítome de la auto-glorificación. Pero el ego no sabe lo que es la humildad y la confunde con la auto-degradación. La humildad consiste en aceptar el papel que te corresponde en la salvación y en no aceptar ningún otro. No es humildad insistir que no puedes ser la luz del mundo si esa es la función que Dios Mismo te asignó. Es sólo la arrogancia la que afirmaría que ésa no puede ser tu función, y la arrogancia es siempre cosa del ego.
La verdadera humildad requiere que aceptes la idea de hoy porque es la Voz de Dios la que te dice que es verdad. Éste es uno de los primeros pasos en el proceso de aceptar tu verdadera función en la tierra. Es un paso gigantesco que te conducirá al lugar que te corresponde ocupar en la salvación. Es una aseveración categórica de tu derecho a la salvación y un reconocimiento del poder que se te ha otorgado para salvar a otros.
Debes reflexionar hoy acerca de esta idea tan a menudo como puedas. Es la respuesta perfecta a todas las ilusiones y, por ende, a toda tentación. La idea de hoy lleva todas las imágenes que tú has forjado de ti mismo ante la verdad y te ayuda a seguir adelante en paz, sin agobios y seguro de tu propósito.
Hoy se deben llevar a cabo tantas sesiones de práctica como sea posible, aunque no es necesario que ninguna exceda uno o dos minutos de duración. Debes empezar cada sesión de práctica diciéndote a ti mismo:
Yo soy la luz del mundo.
Ésa es mi única función.
por eso es por lo que estoy aquí.

Piensa entonces en estas afirmaciones por unos breves momentos, preferiblemente con los ojos cerrados si las circunstancias lo permiten. Deja que te vengan a la mente unos cuantos pensamientos afines y, si observas que tu mente se aparta del tema central, repite la idea de hoy para tus adentros.

Asegúrate de comenzar y finalizar el día con una sesión de práctica. De este modo, te despertarás reconociendo la verdad acerca de ti mismo, la reforzarás a lo largo del día y te irás a dormir re-afirmando tu función y el único propósito que tienes aquí. Estas dos sesiones de práctica pueden ser más largas que las demás si te resultan útiles y deseas extenderlas.

La idea de hoy va mucho más allá de la mezquina opinión que el ego tiene de ti y de tu propósito. como portador de la salvación que eres, esto es obviamente necesario. Éste es el primero de una serie de pasos gigantescos que vamos a dar durante las próximas semanas. Trata de empezar hoy a sentar las bases para estos avances. Tú eres la luz del mundo. Dios ha edificado Su plan para la salvación de Su Hijo sobre ti.

martes, 1 de marzo de 2011

LECCIÓN 060 Para los repasos de mañana y noche: Lección 46-50 Estas son las ideas para el repaso de hoy:

LECCIÓN 060

Para los repasos de mañana y noche: Lección 46-50

Estas son las ideas para el repaso de hoy:
(46) Dios es el Amor en el que perdono.
Dios no perdona porque jamás ha condenado. Los que están libres de culpa no pueden culpar, y aquellos que han aceptado su inocencia no ven nada que tengan que perdonar. Con todo, el perdón es el medio por el cual reconoceré mi inocencia. Es el reflejo del Amor de Dios en la tierra. Y me llevará tan cerca del Cielo que el Amor de Dios podrá tenderme la mano y elevarme hasta Él.
(47) Dios es la fortaleza en la que confío.
No es con mi propia fortaleza con la que perdono. Es con la fortaleza de Dios en mi, la cual recuerdo al perdonar. A medida que comienzo a ver, reconozco Su reflejo en la tierra. perdono todas las cosas porque siento Su fortaleza avivarse en mi. Y empiezo a recordar el Amor que decidí olvidar, pero que nunca se olvidó de mi.
(48) No hay nada que temer.
¡Cuán seguro me parecerá el mundo cuando lo pueda ver! No se parecerá en nada a lo que ahora me imagino ver. Todo el mundo y todo cuanto vea se inclinará ante mi para bendecirme. reconoceré en todos a mi Amigo más querido. ¿Que puedo temer en un mundo al que he perdonado y que a su vez me ha perdonado a mi?
(49) La Voz de Dios me habla durante todo el día.
No hay un solo momento en el que la Voz de Dios deje de apelar a mi perdón para salvarme. No hay un solo momento en el que Su Voz deje de dirigir mis pensamientos, guiar mis actos y conducir mis pasos. Me dirijo firmemente hacia la verdad. No hay ningún otro lugar adonde pueda ir porque la Voz de Dios es la única Voz y el único guía que se le dio a Su Hijo.
(50) El Amor de Dios es mi sustento.
Cuando escucho la Voz de Dios, Su Amor me sustenta. Cuando abro los ojos, Su Amor alumbra al mundo para que lo pueda ver. Cuando perdono, Su Amor me recuerda que Su Hijo es impecable. Y cuando contemplo al mundo con la visión que Él me dio, recuerdo que yo soy Su Hijo.