miércoles, 2 de septiembre de 2020

 Cambio de actitud | Los Tiempos

¿CÓMO PUEDE EL CAMBIO DE ACTITUD PERSONAL MEJORAR NUESTRA VIDA?

El cambio de actitud personal, por sí solo, no puede cambiar mayormente nuestras vidas, ni menos mejorarlas.

El cambio significa más esfuerzo, significa salirse de la zona cómoda y vencer la inercia que se impone con los modos arraigados de pensar y de hacer.

Para poder cambiar de actitud frente a la vida es necesario primero conocer cuál es nuestra actual actitud. En otras palabras, el primer paso es conocernos a nosotros mismos y a las creencias que subyacen a nuestras acciones y de los cuales se desprende nuestra visión del mundo y nuestra actitud frente a la vida.

¿Qué es lo que modifica entonces nuestra visión del mundo?

Lo que modifica nuestra visión del mundo, son nuestras acciones y no viceversa. Nuestra mente, se adapta a nuestras acciones, opta por diferentes actitudes según nuestras acciones. Y ¿cómo y por qué cambiamos nuestras acciones?

Nuestras acciones son el resultado de las reacciones que damos a nuestro entorno. Estas reacciones se constituyen en base a ciertas predisposiciones individuales y, sobre todo, al comportamiento formado por las reacciones previas al entorno a lo largo de la vida de la persona..

El cambio se da por la acción. Pero hacer algo completamente distinto a lo que estamos acostumbrados a hacer, es como dar un salto al vacío. Por esta razón los cambios de accionar no se suelen dar porque a la persona se le ocurrió un día cambiar sus condiciones concretas de vida, sino porque las condiciones concretas de su vida cambiaron sin que ella tuviese control sobre ese cambio.

Si lo que nos cambian son nuestras acciones, tenemos que cambiar nuestras acciones.

Podemos formar parte activa de este cambio, por una parte tratando de forzar un cambio en nuestra realidad y por otra haciéndonos consientes de nuestras creencias y leyes de vida para cuestionarlos y probar, en la práctica, formas alternativas de reacción frente a una realidad que simultáneamente tratamos de ir modificando.

De esta manera los cambios no se vuelven adaptaciones a una realidad estática y que no necesariamente es deseable, sino que son reacciones a una realidad que nos tiene como sujetos transformadores de ella; lo cual necesariamente implica un constante proceso de aprendizaje de nosotros mismos y por lo tanto un enriquecimiento de nosotros como individuos, y con ello, con mayores posibilidades de influir en un cambio social de la realidad.

Los que no desean el cambio por estar conformes con su situación están influidos por un gran temor. Esa emoción se convierte en  un fuerte impulso que buscara conservar la realidad en la que estamos inmersos·

Aquellos que no imaginan en qué los beneficiará el cambio, solo lo aprueban intelectualmente, y pueden ser personas pesimistas y temerosas que se bloquean ante la posibilidad de lo desconocido.

Los que reaccionan ante el cambio con la incertidumbre que ocasiona buscaran trabajar con maneras conocidas pero no funcionales de solucionar los problemas; y buscan aferrarse con fuerza a lo conocido y a patrones de aprendizaje limitados que funcionaron bien en el pasado.

La investigación actual sobre el éxito incide y apunta a una serie de cómodos pasos que, si se toman seriamente en cuenta con todo y un cambio de actitud, nos podrán llevar de la mano al deseado éxito.

Aquí están los susodichos pasos:

1. El comportamiento significativo: Quiere decir que hagas un cambio importante de pautas de conducta y te acostumbres a pensar y a actuar como es necesario y no como se te dé la gana (por ejemplo, si tu impuntualidad ha contribuido a que no te tomen en cuenta para los ascensos, debes concienciar el ser puntual).

2. Introspección y reaprendizaje: Reconoce tu manera de "enfocar" tu forma de pensar, las cosas que te da miedo cambiar, los comportamientos que te llevan a fracasar una y otra vez para que así conscientemente evites repetir los patrones mentales (por ejemplo, pensarte y visualizarte como victima o sin suerte).

3. La congruencia: Consiste en poner en armonía y equilibrio tus pensamientos, tus sentimientos, lo que dices y lo que haces o dejas de hacer (por ejemplo, quejarte de la

corrupción, pero dar mordida en lugar de pagar la infracción si te pasas un alto es incongruente).

4. El juego de roles: En tus relaciones con los demás no siempre te comportas igual, sino que asumes diferentes roles. Se habla de tres posturas que asumimos: como niño (alguien tiene que enseñarte qué hacer), como padre (quien critica, corrige y cuida) o como adulto (independiente y responsable).

5. Comunicación efectiva y afectiva: Lo que comunicas a los demás de manera verbal o no puede ser negativo (hacerles daño) o positivo; la diferencia esta en la intención. Por ejemplo,

no es lo mismo decirle a alguien que su idea es una estupidez que explicarle cómo puede mejorarla.

6. Las experiencias de vida: Algunos afirman que la "infancia es destino", es decir, que las experiencias de nuestros primeros años nos pueden marcar por el resto de nuestras vidas. El problema es que hay quienes lo agarran de pretexto ("me emborracho hasta entre semana porque de chico veía a mi padre pegado a la botella").

7. Reforzando la autoestima: Creer en tus valores y principios, en tus capacidades (mejores para determinadas cosas, no desarrolladas para todas), en las decisiones que has tomado, además de saberte tan competente como cualquiera y ser congruente, son los refuerzos ideales para tu autoestima.

Siempre sera un reto asumir el cambio en la vida; y nos toca apelar a nuestra fortaleza y valentía para lograrlo.