sábado, 6 de julio de 2013

La física cuántica confirma que creamos nuestra realidad



La física moderna dice “tú si puedes”


Durante décadas, los poderes de la mente han sido cuestiones asociadas al mundo “esotérico”, cosas de locos. La mayor parte de la gente desconoce que la mecánica cuántica, es decir, el modelo teórico y práctico dominante hoy día en el ámbito de la ciencia, ha demostrado la interrelación entre el pensamiento y la realidad. Que cuando creemos que podemos, en realidad, podemos. Sorprendentes experimentos en los laboratorios más adelantados del mundo corroboran esta creencia.
El estudio sobre el cerebro ha avanzado mucho en las últimas décadas mediante las “tomografías”. Conectando electrodos a este órgano, se determina donde se produce cada una de las actividades de la mente. La fórmula es bien sencilla: se mide la actividad eléctrica mientras se produce una actividad mental, ya sea racional, como emocional, espiritual o sentimental y así se sabe a qué área corresponde esa facultad.
Estos experimentos en neurología han comprobado algo aparentemente descabellado: cuando vemos un determinado objeto aparece actividad en ciertas partes de nuestro cerebro… pero cuando se exhorta al sujeto a que cierre los ojos y lo imagine, la actividad cerebral es ¡idéntica! Entonces, si el cerebro refleja la misma actividad cuando “ve” que cuando “siente”, llega la gran pregunta: ¿cuál es la Realidad? “La solución es que el cerebro no hace diferencias entre lo que ve y lo que imagina porque las mismas redes neuronales están implicadas; para el cerebro, es tan real lo que ve como lo que siente”, afirma el bioquímico y doctor en medicina quiropráctica, Joe Dispenza en el libro “¿y tú qué sabes?”. En otras palabras, que fabricamos nuestra realidad desde la forma en que procesamos nuestras experiencias, es decir, mediante nuestras emociones.
La farmacia del cerebro
En un pequeño órgano llamado hipotálamo se fabrican las respuestas emocionales. Allí, en nuestro cerebro, se encuentra la mayor farmacia que existe, donde se crean unas partículas llamadas “péptidos”, pequeñas secuencias de aminoácidos que, combinadas, crean las neurohormonas o neuropéptidos. Ellas son las responsables de las emociones que sentimos diariamente. Según John Hagelin, profesor de física y director del Instituto para la ciencia, la tecnología y la política pública de la Universidad Maharishi, dedicado al desarrollo de teorías del campo unificado cuántico: “hay química para la rabia, para la felicidad, para el sufrimiento, la envidia…”
En el momento en que sentimos una determinada emoción, el hipotálamo descarga esos péptidos, liberándolos a través de la glándula pituitaria hasta la sangre, que conectará con las células que tienen esos receptores en el exterior. El cerebro actúa como una tormenta que descarga los pensamientos a través de la fisura sináptica. Nadie ha visto nunca un pensamiento, ni siquiera en los más avanzados laboratorios, pero lo que sí se ve es la tormenta eléctrica que provoca cada mentalismo, conectando las neuronas a través de las “fisuras sinápticas”.
Cada célula tiene miles de receptores rodeando su superficie, como abriéndose a esas experiencias emocionales. Candance Pert, poseedora de patentes sobre péptidos modificados y profesora en la universidad de medicina de Georgetown, lo explica así: “Cada célula es un pequeño hogar de conciencia. Una entrada de un neuropéptido en una célula equivale a una descarga de bioquímicos que pueden llegar a modificar el núcleo de la célula”.
Nuestro cerebro crea estos neuropéptidos y nuestras células son las que se acostumbran a “recibir” cada una de las emociones: ira, angustia, alegría, envidia, generosidad, pesimismo, optimismo… Al acostumbrarse a ellas, se crean hábitos de pensamiento. A través de los millones de terminaciones sinápticas, nuestro cerebro está continuamente recreándose; un pensamiento o emoción crea una nueva conexión, que se refuerza cuando pensamos o sentimos “algo” en repetidas ocasiones. Así es como una persona asocia una determinada situación con una emoción: una mala experiencia en un ascensor, como quedarse encerrado, puede hacer que el objeto “ascensor” se asocie al temor a quedarse encerrado. Si no se interrumpe esa asociación, nuestro cerebro podría relacionar ese pensamiento-objeto con esa emoción y reforzar esa conexión, conocida en el ámbito de la psicología como “fobia” o “miedo”.
Todos los hábitos y adicciones operan con la misma mecánica. Un miedo (a no dormir, a hablar en público, a enamorarse) puede hacer que recurramos a una pastilla, una droga o un tipo de pensamiento nocivo. El objetivo inconsciente es “engañar” a nuestras células con otra emoción diferente, generalmente, algo que nos excite, “distrayéndonos” del miedo. De esta manera, cada vez que volvamos a esa situación, el miedo nos conectará, inevitablemente, con la “solución”, es decir, con la adicción. Detrás de cada adicción (drogas, personas, bebida, juego, sexo, televisión) hay pues un miedo insertado en la memoria celular.
La buena noticia es que, en cuanto rompemos ese círculo vicioso, en cuanto quebramos esa conexión, el cerebro crea otro puente entre neuronas que es el “pasaje a la liberación”. Porque, como ha demostrado el Instituto Tecnológico de Massachussets en sus investigaciones con lamas budistas en estado de meditación, nuestro cerebro está permanentemente rehaciéndose, incluso, en la ancianidad. Por ello, se puede desaprender y reaprender nuevas formas de vivir las emociones.
Mente creadora
Los experimentos en el campo de las partículas elementales han llevado a los científicos a reconocer que la mente es capaz de crear. En palabras de Amit Goswani, profesor de física en la universidad de Oregón, el comportamiento de las micropartículas cambia dependiendo de lo que hace el observador: “cuando el observador mira, se comporta como una onda, cuando no lo hace, como una partícula”. Ello quiere decir que las expectativas del observador influyen en la Realidad de los laboratorios… y cada uno de nosotros está compuestos de millones de átomos.
Traducido al ámbito de la vida diaria, esto nos llevaría a que nuestra Realidad es, hasta cierto punto, producto de nuestras propias expectativas. Si una partícula (la mínima parte de materia que nos compone) puede comportarse como materia o como onda… Nosotros podemos hacer lo mismo.
La realidad molecular
Los sorprendentes experimentos del científico japonés Masaru Emoto con las moléculas de agua han abierto una increíble puerta a la posibilidad de que nuestra mente sea capaz de crear la Realidad. “Armado” de un potente microscopio electrónico con una diminuta cámara, Emoto fotografió las moléculas procedentes de aguas contaminadas y de manantial. Las metió en una cámara frigorífica para que se helaran y así, consiguió fotografiarlas. Lo que encontró fue que las aguas puras creaban cristales de una belleza inconmensurable, mientras que las sucias, sólo provocaban caos. Más tarde, procedió a colocar palabras como “Amor” o “Te odio”, encontrando un efecto similar: el amor provocaba formas moleculares bellas mientras que el odio, generaba caos.
Por último, probó a colocar música relajante, música folk y música thrash metal, con el resultado del caos que se pudieron ver en las fotografías.
La explicación biológica a este fenómeno es que los átomos que componen las moléculas (en este caso, los dos pequeños de Hidrógeno y uno grande de Oxígeno) se pueden ordenar de diferentes maneras: armoniosa o caóticamente. Si tenemos en cuenta que el 80% de nuestro cuerpo es agua, entenderemos cómo nuestras emociones, nuestras palabras y hasta la música que escuchamos, influyen en que nuestra realidad sea más o menos armoniosa. Nuestra estructura interna está reaccionando a todos los estímulos exteriores, reorganizando los átomos de las moléculas.
El valioso vacío atómico
Aunque ya los filósofos griegos especularon con su existencia, el átomo es una realidad científica desde principios de siglo XX. La física atómica dio paso a la teoría de la relatividad y de ahí, a la física cuántica. En las escuelas de todo el mundo se enseña hoy día que el átomo está compuesto de partículas de signo positivo (protones) y neutras (neutrones) en su núcleo y de signo negativo (electrones) girando a su alrededor. Su organización recuerda extraordinariamente a la del Universo, unos electrones (planetas) girando alrededor de un sol o núcleo (protones y neutrones). Lo que la mayoría desconocíamos es que la materia de la que se componen los átomos es prácticamente inexistente. En palabras de William Tyler, profesor emérito de ingeniería y ciencia de la materia en la universidad de Stanford, “la materia no es estática y predecible. Dentro de los átomos y moléculas, las partículas ocupan un lugar insignificante: el resto es vacío”.
En otras palabras, que el átomo no es una realidad terminada sino mucho más maleable de lo que pensábamos. El físico Amit Goswani es rotundo: “Heinsenberg, el codescubridor de la mecánica cuántica, fue muy claro al respecto; los átomos no son cosas, son TENDENCIAS. Así que, en lugar de pensar en átomos como cosas, tienes que pensar en posibilidades, posibilidades de la consciencia. La física cuántica solo calcula posibilidades, así que la pregunta viene rápidamente a nuestras mentes, ¿quién elige de entre esas posibilidades para que se produzca mi experiencia actual? La respuesta de la física cuántica es rotunda: La conciencia está envuelta, el observador no puede ser ignorado”.
¿Qué realidad prefieres?
El ya famoso experimento con la molécula de fullerano del doctor Anton Zeillinger, en la Universidad de Viena, testificó que los átomos de la molécula de fullerano (estructura atómica que tiene 60 átomos de cárbón) eran capaces de pasar por dos agujeros simultáneamente. Este experimento “de ciencia ficción” se realiza hoy día con normalidad en laboratorios de todo el mundo con partículas que han llegado a ser fotografiadas. La realidad de la bilocación, es decir, que “algo” pueda estar en dos lugares al mismo tiempo, es algo ya de dominio público, al menos en el ámbito de la ciencia más innovadora. Jeffrey Satinover, ex presidente de la fundación Jung de la universidad de Harvard y autor de libros como “El cerebro cuántico” y “El ser vacío”, lo explica así: “ahora mismo, puedes ver en numerosos laboratorios de Estados Unidos, objetos suficientemente grandes para el ojo humano, que están en dos lugares al mismo tiempo, e incluso se les puede sacar fotografías. Yo creo que mucha gente pensará que los científicos nos hemos vuelto locos, pero la realidad es así, y es algo que todavía no podemos explicar”.
Quizás porque algunos piensen que la gente “de a pie” no va a comprender estos experimentos, los científicos todavía no han conseguido alertar a la población de las magníficas implicaciones que eso conlleva para nuestras vidas, aunque las teorías anejas sí forman parte ya del dominio de la ciencia divulgativa.
Seguramente la teoría de los universos paralelos, origen de la de la “superposición cuántica”, es la que ha conseguido llegar mejor al gran público. Lo que viene a decir es que la Realidad es un número “n” de ondas que conviven en el espacio-tiempo como posibilidades, hasta que UNA se convierte en Real: eso será lo que vivimos. Somos nosotros quienes nos ocupamos, con nuestras elecciones y, sobre todo, con nuestros pensamientos (“yo sí puedo”, “yo no puedo”) de encerrarnos en una realidad limitada y negativa o en la consecución de aquellas cosas que soñamos. En otras palabras, la física moderna nos dice que podemos alcanzar todo aquello que ansiamos (dentro de ese abanico de posibilidades-ondas, claro).
En realidad, los descubrimientos de la física cuántica vienen siendo experimentados por seres humanos desde hace milenios, concretamente, en el ámbito de la espiritualidad. Según el investigador de los manuscritos del Mar Muerto, Greg Braden, los antiguos esenios (la comunidad espiritual a la que, dicen, perteneció Jesucristo) tenían una manera de orar muy diferente a la actual. En su libro “El efecto Isaías: descodificando la perdida ciencia de al oración y la plegaria”, Braden asegura que su manera de rezar era muy diferente a la que los cristianos adoptarían. En lugar de pedir a Dios “algo”, los esenios visualizaban que aquello que pedían ya se había cumplido, una técnica calcada de la que hoy se utiliza en el deporte de alta competición, sin ir más lejos. Seguramente, muchos han visto en los campeonatos de atletismo cómo los saltadores de altura o pértiga realizan ejercicios de simulación del salto: interiormente se visualizan a sí mismos, ni más ni menos que realizando la proeza. Esta técnica procede del ámbito de la psicología deportiva, que ha desarrollado técnicas a su vez recogidas del acervo de las filosofías orientales. La moderna Programación Neurolingüística, usada en el ámbito de la publicidad, las relaciones públicas y de la empresa en general, coincide en recurrir al tiempo presente y a la afirmación como vehículo para la consecución de los logros. La palabra sería un paso más adelante en la creación de la Realidad, por lo que tenemos que tener cuidado con aquello que decimos pues, de alguna manera, estamos atrayendo esa realidad.
La búsqueda científica del alma
En las últimas décadas, los experimentos en el campo de la neurología han ido encaminados a encontrar donde reside la conciencia. Fred Alan Wolf, doctor en física por la universidad UCLA, filósofo, conferenciante y escritor lo explica así en “¿Y tú qué sabes?” de la que se espera la segunda parte en pocos meses: “Los científicos hemos tratado de encontrar al observador, de encontrar la respuesta a quién está al mando del cerebro: sí, hemos ido a cada uno de los escondrijos del cerebro a encontrar el observador y no lo hemos hallado; no hemos encontrado a nadie dentro del cerebro, nadie en las regiones corticales del cerebro pero todos tenemos esa sensacion de ser el observador”. En palabras de este científico, las puertas para la existencia del alma están abiertas de par en par: “Sabemos lo que el observador hace pero no sabemos quién o qué cosa es el observador”.
Hoy recuperadas por la física cuántica, muchas de estas afirmaciones eran conocidas en la Antigüedad, como en el caso del “Catecismo de la química superior”, de Karl von Eckartshausen.
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Cuadro 1 Nuestro cerebro: un ordenador que procesa información
A cada segundo, en una vida como la moderna llena de estímulos: nos bombardean enormes cantidades de información. El cerebro solo procesa una mínima cantidad de ella: 400 mil millones de bits de información por segundo. Los estudios científicos han demostrado que sólo somos conscientes de 2.000 mil de esos bits, referidos al medio ambiente, el tiempo y nuestro cuerpo. Así pues, lo que consideramos la Realidad, es decir, aquello que vivimos, es sólo una mínima parte de lo que en realidad está ocurriendo. ¿Cómo se filtra toda esa información?
A través de nuestras creencias: El modelo de lo que creemos acerca del mundo, se construye desde lo que sentimos en nuestro interior y de nuestras ideas. Cada información que recibimos del exterior se procesa desde las experiencias que hemos tenido y nuestra respuesta emocional procede de estas memorias. Por eso, los malos recuerdos nos impulsan a caer en los mismos errores.
Cuadro 2: Cómo romper con esos malos hábitos del pensamiento
El cerebro crea esas redes a partir de la memoria: ideas, sentimientos, emociones. Cada asociación de ideas o hechos, incuba un pensamiento o recuerdo en forma de conexión neuronal, que desemboca en recuerdos por medio de la memoria asociativa. A una sensación o emoción similar, reaparecerá ese recuerdo en forma de idea o pensamiento. Hay gente que conecta “amor” con “decepción” o “engaño”, así que cuando vaya a sentir amor, la red neuronal conectará con la emoción correspondiente a cómo se sintió la última vez que lo sintió: ira, dolor, rabia, etc. Según Joe Dispenza “si practicamos una determinada respuesta emocional, esa conexión sináptica se refuerza y se refuerza. Cuando aprendemos a “observar” nuestras reacciones y no actuamos de manera automática, ese modelo se rompe”. Así pues, aprender a “ver” esas asociaciones es la mejor manera de evitar que se repitan: la llave es la consciencia.
Cuadro 3: La mecánica de la erección
La mejor metáfora del pensamiento creador es el miembro masculino. Una sola fantasía sexual, es decir, un pensamiento erótico, es capaz de producir una erección, con toda la variedad de glándulas endocrinas y hormonas que participan en ello. Nada hay fuera de la mente del hombre pero, sin embargo, se produce un torbellino hormonal que desemboca en un hecho físico palpable. En el lado femenino, también el poder del pensamiento asociado al erotismo se convierte a menudo en hechos físicos, demostrando la capacidad del pensamiento para crear situaciones placenteras… o adictivas. Los más firmes defensores del poder de la visualización llegan a proponer que se puede obtener a través de ella casi todo lo que deseamos.


Què esta ocurriendo en nuestros cuerpos?


                 
 
¿Qué está ocurriendo con Nuestros Cuerpos?
Por Wistancia Stone

La Transfiguración de Nuestros Cuerpos como Canales de Luz

La visión completa de lo que está ocurriendo con nuestros cuerpos tiene que primero ser observada a través del lente de lo que está pasando al cuerpo del planeta Tierra. Y todavía más allá, debemos comprender que todas las cosas fueron creadas en Unidad con un eslabón de interconexión entre las partes de Dios y los distintos niveles, desde planetarios, hasta sistemas solares, galaxias y universos.

No podemos considerar la transición cuántica que está ocurriendo en un planeta, sin tomar en cuanta los efectos y reverberaciones de la creación completa. De acuerdo con eso deberíamos formular nuestra pregunta en una forma diferente: Por Dios, ¿qué está pasando con nuestro Sistema Solar, con la galaxia y con nuestro universo local? Hace algunos años un maestro espiritual dijo "Cuando recoges un grano de arena estás literalmente cambiando la estructura molecular de todo el universo". Yo comprendí entonces que todas las cosas están ligadas, sin importar qué tan distantes imaginamos nosotros que estén las otras dimensiones, o qué tan lejos de nosotros esté la vida en otros planos de existencia. Estamos todos conectados por fibras doradas que, visibles o no, nos conectan con la Fuente Primordial. Durante nuestras visiones, sueños, meditaciones, o en algunos momentos con calidad superior de vida todos hemos podido sentir esta conexión.

Por medio de la respiración consciente podemos percatarnos de la red de vida respirando a través de nosotros y sentir la conexión y la cualidad de esa unión. Cada día más y más ciudadanos de la Tierra saben intuitivamente, a pesar de no poder probarlo, que la Tierra no se mueve sola en un universo, galaxia y sistema solar sin otra manifestación de vida que la terrestre. Lo que realmente está ocurriendo es que Luz más elevada, frecuencias más altas, nuevos códigos de energía, (escoge el nombre que gustes) están entrando a la Tierra en ondas de ascensión. Por otra parte, los ciudadanos del planeta, por medio de energía enfocada por medio de sus meditaciones, plegarias e invocaciones, han estado asimilando esa Luz y ese Amor y conscientemente han estado irradiando luego esas elevadas energías pasándolas a otras personas y anclándolas en el planeta mismo. Se trata realmente de una co-creación del hombre, que está trayendo el cielo a la Tierra.

El magnetismo desciende y las frecuencias suben

Los patrones de lo que Isaías llamó "Un nuevo cielo y una nueva Tierra" están estableciéndose en una forma sin precedentes, y muchos pueden ya sentir los cambios profundos que están ocurriendo al planeta y en sus propios cuerpos. El magnetismo está descendiendo simultáneamente en el planeta y en nuestros cuerpos. Las fuerzas magnéticas son como la goma que pega todas las cosas juntas. Este descenso en el magnetismo es una señal de que un gran cambio está ocurriendo. Los científicos reconocen que la caída del magnetismo en estos tiempos ha sido rápida, y al mismo ritmo acelerado ocurren los cambios. Por otro lado las frecuencias de la Tierra están subiendo. Y esto también afecta notablemente los cuerpos de sus ciudadanos. Con la caída del magnetismo ocurren cambios a nivel mental y emocional en un individuo. Es posible que los programas de mente y emociones, que teníamos grabados, comiencen a soltarse. Como la resistencia cae, es más fácil dejar ir. Uno no sabe por qué algo o alguien, que antes era indispensable, ya no importa. Y por el contrario, cosas o personas sin mayor relevancia súbitamente se vuelven importantes. Es posible que de un momento a otro ciertas personas, lugares, o situaciones ya no le sirvan a uno, y hay que cambiar, el cuerpo pide hacerlo.

Por eso, en la opinión de muchos, estos tiempos parecen caóticos. Algunos individuos se quejan de que ya ni tan siquiera saben quienes son, sufren una crisis de identidad.

¿Qué está ocurriendo a nuestros cuerpos?

La humanidad actual de la Tierra camina con vestidos de carne, dentro de cuerpos constituidos por materia-energía. Funcionaban hasta ahora con un determinado grado de densidad, pero en este momento cierta condensación se está estableciendo. Sus vehículos físicos están siendo preparados para ser transmutados en vestimentas de Luz, mucho más refinadas y menos densas. El karma está siendo procesado y diluido, habrá menos densidad y menos limitaciones. Estamos siendo acondicionados para comenzar a interactuar con conciencias más elevadas, nuestra biología se abrirá para compartir con otros seres, no solo de nuestras especies terrestres, sino con habitantes de otros mundos, dimensiones o entidades de distintos niveles de existencia. Lo que realmente nos está sucediendo es lo que los maestros llaman "Transfiguración".

Está ocurriendo que nuestra forma condensada ha entrado en un proceso parecido a "derretirse". La sustancia de nuestro cuerpo físico, aquel que nos es familiar, está transformándose en Luz, el cambio consiste en que nuestro cuerpo material y denso paso a paso se refina y se convierte en "Cuerpo de Luz". También, en la medida en que nos vamos conectando con la Mente Divina Universal, nuestra inteligencia se desarrolla en ciertas áreas de la mente. Vamos pasando por iniciaciones de Luz, e inmediatamente aprobamos, los efectos pueden sentirse en el cuerpo físico. ¡Hemos pedido "Transformación" y eso es lo que se nos ha concedido! Estamos viendo como obra la transmutación aún en los niveles de nuestra carne. Cuando el planeta recibe las frecuencias elevadas de Luz, los habitantes de la Tierra entran en un proceso de cambio, que obra en su organismo a nivel de los espacios vacíos entre células, bioquímicamente estos están siendo reubicados. La fuerza de la Luz activa nuestros cuerpos y literalmente la química de mente y cuerpo cambia. Expresado en una forma poética "algo muy antiguo, y sin embargo nuevo, está saliendo del cascarón". La membrana exterior que sujetaba y aislaba a la humanidad está adelgazándose y los humanos están comenzando a tener la posibilidad de conectarse conscientemente con dimensiones más altas de Luz.

Es como una bellísima flor preparando al botón para que pueda abrirse y florecer. El botón de la flor guarda dentro de sí la información que le permite tener el potencial para convertirse en florCrística. Así nuestro ADN guarda los códigos que disparan la transformación completa de un individuo en el Cristo radiante, en el maestro ascendido, integrado, con poder total. Es el regalo de convertirnos en el Cristo, para continuar nuestra evolución con la realización de todo nuestro potencial. Estamos siendo preparados, y ya estamos comenzando a pasar de una densidad molecular a una nueva más alta. Esto es transformación. El siguiente paso en la escalera Divina para la humanidad es el asumir la forma del Adán y Eva Kadmón. En el proceso estamos activando y reforzando nuestros lazos con el Yo superior, o cuerpo Crístico, que se conecta a nuestra columna de chakras a través del octavo chakra. Una cosa es saber que poseemos este cuerpo, y otra es anclarlo y activarlo totalmente. Por algún tiempo hemos estado en este proceso, que para algunos seres ya está completo. Vivimos en un mundo electro-magnético, hasta ahora con una densidad electromagnética característica que nos ha limitado mucho. Pero estamos siendo afinados en una frecuencia más alta por la acción de la energía, la acción de la Flama en la electrificación de la materia de nuestros cuerpos materia-energía.

¿Por qué es importante? Porque es un paso más alto en nuestro proceso evolutivo, desarrollado paso a paso para permitir que el yo superior o cuerpo Crístico se involucre en nuestro desarrollo. El trabajo que ya se ha hecho ha preparado a algunos seres humanos para vivir con un tipo más avanzado de resonancia. Aquella que está dentro del rango de capacidades del cuerpo superior. Sin embargo hay que aclarar que la Ascensión no consiste descartar el cuerpo físico, sino de llevarlo con nosotros un paso más arriba en la escalera de Jacob. A este proceso se le llama "integrar la Diosa" (el cuerpo físico). Se trata de sentir los cambios, y de ser conscientes de ellos para apoyarlos. Un proceso consciente desarrolla en nosotros más sabiduría, porque así pasamos por la experiencia de tener la vivencia de la Ascensión, o iluminación. Debe haber una aceptación, el acuerdo de permitirnos sentir lo que tengamos que sentir para llegar a la comprensión. No se trata de que despertemos y simplemente la ascensión ya está lista. Es importante saber esto, porque nos ayudará en el proceso de transformación y transmutación. Mientras menos resistencia pongamos al cambio, este se dará más armónicamente.

Recuerdo que Lord Sananda ( El maestro Jesús) decía que la entrada y la salida eran a través del corazón. Cuando aprendemos a amar nuestro proceso de ascensión, de paso eliminaremos el miedo y gozaremos del cambio. El corazón ya conoce el proceso de ascensión, y el corazón es la puerta al Cristo radiante, nuestro potencial oculto en el ADN. El control que tengamos sobre nuestras emociones también nos ayuda para aprender a experimentar la vida a través de las emociones de la conciencia Crística. Estos sentimientos elevados liberan nuestro potencial. La Presencia Yo soy también está conectada a la llama triple en el corazón, y el corazón conoce la ascensión.

Las percepciones pueden alterarse

Lo que está ocurriendo es que las dimensiones se están superponiendo unas sobre otras. Algunas frecuencias de cuarta dimensión están bombardeando nuestras frecuencias de tercera dimensión, y lo mismo ocurre con frecuencias de quinta dimensión, y con algunas todavía más altas. Por eso nuestras percepciones también comienzan a cambiar, pero desde luego cada caso es único. En general la humanidad está comenzando a ver y a poder percibir una multiplicidad de dimensiones y esto causa trastornos en las percepciones habituales, en una forma u otra. Podemos hasta perder objetos y luego encontrarlos, o no encontrarlos. Es como tener un triángulo de las Bermudas en casa. Otros trabajadores de Luz reportan tener sueños muy vívidos. Experimentan muchas visiones y sueños donde un maestro o un ángel les advierte que hay un regalo que estará llegando a todos, y que debemos abrirnos a las posibilidades nuevas. Hay mucha guía que se está dando en sueños y visiones, para prepararnos a nivel subconsciente e interior para los cambios que están ya ocurriendo.

Es como si estuviéramos aprontándonos para volver a ser lo que en otros tiempos fuimos, o para asumir lo que somos en dimensiones superiores de evolución. Algunos trabajadores de Luz dicen que a veces sienten la trascendencia, lo que yo llamo "El síndrome del país de las maravillas". A veces caminando en la calle se sienten muy altos y ligeros como plumas, o pequeños y densos. Otras veces se sienten como si estuvieran montados en un trompo, o en el ojo de un huracán. Esto ocurre porque las dimensiones se están cruzando. Otros seres humanos comienzan a percibir mucha más luz y presencias de luz alrededor de ellos. Naturalmente, si Uds., están invocando maestros y ángeles, lo más probable es que ellos estén ahí a su lado. También los hermanos extraterrestres procedentes de dimensiones Crísticas pueden ahora acercarse más, y su presencia está siendo percibida por muchos. Algunos circuitos de energía planetaria han sido activados y estos vórtices planetarios pueden ser ahora percibidos, vistos o sentidos de alguna forma por muchos individuos. Los cambios son profundos, y continuarán siendo cada vez más dramáticos. Hay que integrarlos a la vida diaria porque no desaparecerán, la transformación no es una fase que se pueda cancelar.

El plan Divino está desarrollándose en perfección, trayendo cambios cada vez más profundos. Este es un nuevo tiempo, y una Nueva Era se aproxima. Si alguna parte tuya comienza a sentir miedo del cambio es mejor hacerse consciente de este miedo. Habla a esa parte tuya que vibra en el temor, controla tus pensamientos y dile a tu mente que el cambio es real, que en eso consiste el Plan Divino, y que todo está bien para ti. Es correcto hacer un diálogo con aquellos aspectos de tu personalidad que puedan sucumbir al miedo. Existe un pensamiento colectivo de la humanidad que rechaza el cambio. Cuando ocurrió la caída del hombre hubo muchos cambios, pero no fueron para bien, y hay algo en cada uno de nosotros que lo recuerda.

Desarrolla conscientemente confianza en la apertura de la Nueva Era Dorada de Paz que se avecina. Mantén viva la visión y el concepto. Háblale a aquella parte de tu ser que teme el cambio, dile que el cambio es inevitable porque todo es energía, y la energía, por definición, es constante cambio.

Todos los cuerpos están mutando sus estructuras

En el presente nuestras formas físicas están recibiendo ondas de Luz muy poderosas. La luz es absorbida por todas las estructuras, igual si tú crees en ello que si no, las nuevas frecuencias de Luz llegan al planeta y nos afectan a todos, así no estemos dispuestos o previamente no hayamos pedido recibirlas. Los efectos causados por este aumento de luz no son solamente físicos. También a nivel emocional experimentamos cambios dramáticos. Tenemos un sistema de cuatro cuerpos que están mutando sus estructuras, y como todos están conectados, si uno cambia se afectan todos. A veces alguien nos dice algo sin importancia y nos echamos a llorar. Son sentimientos, que como burbujas sacan a superficie emociones guardadas. A veces nos sentimos desconectados de Dios, otras veces totalmente conectados con Dios y los maestros. Emocionalmente la sensibilidad se ha agudizado, y es probable que vivamos en la inestabilidad de un machín-machón fluctuando entre los extremos. Por eso se requiere un trabajo constante de limpieza, de balancear los cuerpos y anclarse.

Ocurre que estás viviendo un cambio dimensional en uno o varios de tus cuerpos y eso hace impacto en todo el sistema. La mejor forma de armonizarse es a través de la compasión y el amor por sí mismo. Ten paciencia con tu proceso de transformación. No lo controles con un reloj, ni te compares con nadie. Cada cuál procesa sus propios cambios en diferentes formas y a distintos ritmos. La gente reacciona en forma diferente cuando las estructuras de la polaridad comienzan a desvanecerse, y cuando comienzan a procesar su propio karma. No existe una sola forma ideal, las posibilidades son múltiples.

Lo que le ocurre al cuerpo físico

Nuestro cuerpo basado en el ciclo del carbón está convirtiéndose en un cuerpo de Luz con base en el silicio. Algunos trabajadores de luz traen un contrato, o convenio, para anclar la Luz a la densidad de partes determinadas de sus cuerpos físicos. Algunos traen luz a sus corazones, otros a los huesos, otros activan el funcionamiento del cerebro, y otros más la traen al sistema nervioso. A veces esto ocurre sin que nos demos cuenta, pero otras veces nos produce incomodidad. Depende del grado de sensibilidad de cada cuerpo. En los días por venir cada uno de nosotros será muy diferente, y las situaciones de nuestras vidas serán muy distintas en la medida en que las frecuencias se incrementan. Todos hemos sentido ya como el factor tiempo se ha alterado, y cada vez transcurre más rápido. El concepto de tiempo está siendo desmantelado. El corazón de la madre Tierra se acelera en la medida en que sus frecuencias suben, y todos estamos tratando de seguirle el ritmo. No se trata de que sientas transcurrir el tiempo más rápidamente porque estás envejeciendo. Trata de comprender que tú estás aumentando tu frecuencia vibratoria porque vives en un planeta que está acelerando la suya. Los campos electromagnéticos, que aceleran su giro, a veces pueden incluso producirte mareo. ¿Te suena familiar?

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