jueves, 9 de mayo de 2013





 Cambio de Actitud

El mayor descubrimiento de cualquier generación es el de que los seres humanos pueden cambiar sus vidas cambiando sus actitudes mentales.
Albert Schweitzer




Para mí, cambiar más que una palabra que significa sustitución de algo, representa un gran reto. Representa la acción de actuar para lograr desarrollar nuestro  ser y como consecuencia nuestro   bien-estar.
Quizás estos conceptos representen ideas lejanas y poco conocidas por muchos de nosotros;  inclusive para mi lo fueron durante una gran parte de mi vida. Y lo expreso en pasado porque en el presente ya están formando parte de esa filosofía que ha ido cambiando en mi, producto de la conciencia que he ido adquiriendo con el proceso de cambio de actitud personal.
Dicho proceso es generalmente impulsado  en las primeras etapas por eventos dolorosos que nos toca vivir,  y que  buscan  despertar la conciencia de que podemos elegir vivirlos voluntariamente desde el amor, sin luchas ni sacrificios.
 La autotransformación, que es como se le llama a este proceso,  es una elección que todo ser humano debe hacer en un momento de su vida.   Muchas veces obligado por circunstancias exteriores, generalmente difíciles, aparentemente no elegidas voluntariamente, que  impulsan al individuo a un cambio en la vida que   lleva,  conduciéndolo  a un despertar en la conciencia.
El cambio en la actitud de vida, se basa en el conocimiento de nosotros mismos;   en esa conciencia que podemos tener sobre quienes somos,  en la reflexión de si estamos siendo auténticamente ese ser que somos, o, si movidos por las circunstancias que nos ha tocado vivir hemos elegido complacer a otros, convirtiéndonos en lo que se espera de nosotros.  
Podría considerarse como un ideal, una filosofía de vida, en el que cada quien elige así  obtener  eso que vinimos a ser  en esta vida:   “Ser felices “.
Quizás el concepto de felicidad ha sido catalogado por nosotros los seres humanos a lo largo de la historia, como un estado difícil de lograr y vivir;  además de la equivocada idea que hemos mantenido con relación a ella, de que solo se vive a instantes.
 Esto nos ha impedido apreciarla en su justa dimensión, perpetuando así  el olvido de lo que realmente es: Un estado natural de nuestro ser, una característica de nuestro espíritu,  que podemos invocar en cualquier momento.
La actitud se define como la reacción positiva o negativa hacia un objetivo o propósito concreto.
Pero hay personas, a quienes les cuesta mucho salir de un espacio marcado como propio, escapar de costumbres adquiridas desde la niñez, de pensamientos y prejuicios heredados de los antepasados, los cuales, necesariamente, hoy no funcionan.
En este sentido, es muy importante hurgar, ver dentro de nosotros, qué es lo que no encaja, cuál es la molestia y las limitantes y de una manera radical, deshacernos de ello, para poder ir descubriendo los tesoros que nos aguardan y lograr encaminar los pasos hacia la paz, esa tranquilidad de espíritus que se alcanza cuando dejamos a un lado lo que ya no sirve para nuestro crecimiento, pues cuando la mentalidad cambia, todo se transforma alrededor y se abre el panorama de opciones.
Explorar todos aquellas emociones que consciente o inconscientemente nos impulsan, tratando de indagar desde quienes somos, hasta quienes queremos ser, desde nuestra” intima intimidad” hasta la interrelación con los demás , y conseguiremos ver las situaciones o eventos que nos suceden desde una perspectiva inteligente y positiva que pueda orientarnos a favor de lo que realmente buscamos obtener de nuestra vida.

¿CÓMO PUEDE EL CAMBIO DE ACTITUD PERSONAL MEJORAR NUESTRA VIDA? El cambio de actitud personal, por sí solo, no puede cambiar mayormente nuestras vidas, ni menos mejorarlas. El cambio significa más esfuerzo, significa salirse de la zona cómoda y vencer la inercia que se impone con los modos arraigados de pensar y de hacer.
¿Qué es lo que modifica entonces nuestra visión del mundo? Lo que modifica nuestra visión del mundo, son nuestras acciones y no viceversa. Nuestra mente, se adapta a nuestras acciones, opta por diferentes actitudes según nuestras acciones. Y ¿cómo y por qué cambiamos nuestras acciones? Nuestras acciones son el resultado de las reacciones que damos a nuestro entorno. Estas reacciones se constituyen en base a ciertas predisposiciones individuales y, sobre todo, al comportamiento formado por las reacciones previas a su entorno a lo largo de la vida de la persona.
Esta idea de que nuestra conducta se basa en nuestra reacción a los estímulos externos se plasma también en cuando decimos que según nuestra reacción al entorno (que claro que se determina por lo que consideramos de nuestro interés) es que se determinan nuestras acciones.
El cambio se da por la acción. Pero hacer algo completamente distinto a lo que estamos acostumbrados a hacer, es como dar un salto al vacío. Por esta razón los cambios de accionar no se suelen dar porque a la persona se le ocurrió un día cambiar sus condiciones concretas de vida, sino porque las condiciones concretas de su vida cambiaron sin que ella tuviese control sobre ese cambio.
Si lo que nos cambian son nuestras acciones, tenemos que cambiar nuestras acciones. Podemos formar parte activa de este cambio, por una parte tratando de forzar un cambio en nuestra realidad y por otra haciéndonos concientes de nuestras creencias y leyes de vida, para cuestionarlos y probar, en la práctica, formas alternativas de reacción frente a una realidad que simultáneamente tratamos de ir modificando.
De esta manera los cambios no se vuelven adaptaciones a una realidad estática y que no necesariamente es deseable, sino que son reacciones a una realidad que nos tiene como sujetos transformadores de ella,  lo cual necesariamente implica un constante proceso de aprendizaje de nosotros mismos y por lo tanto un enriquecimiento de nosotros mismos como individuos y con ello, con mayores posibilidades de influir en un cambio social de la realidad.
No cabe duda que estos comportamientos están motivados por la actitud y la capacidad para afrontar y absorber los cambios. La respuesta a los problemas que se acumulan ya no pasa únicamente por dilucidar lo más conveniente, además que tiene en cuenta el complejo sistema de pensamientos, sentimientos y deseos que componen al ser humano. Y esto último depende en gran medida de la capacidad y la actitud para llevar a cabo los cambios necesarios, con un mínimo de efectos adversos, con certera rapidez y con eficacia eficiente.
La investigación actual sobre el éxito incide y apunta a una serie de cómodos pasos que, si se toman seriamente en cuenta con todo y un cambio de actitud, nos podrán llevar de la mano al deseado éxito. Aquí están los susodichos pasos:
1. El comportamiento significativo: Quiere decir que hagas un cambio importante de pautas de conducta y te acostumbres a pensar y a actuar como es necesario y no como se te dé la gana (por ejemplo, si tu impuntualidad ha contribuido a que no te tomen en cuenta para los ascensos, debes concienciar el ser puntual).
2.Introspección y reaprendizaje: Reconoce tu manera de "enfocar" tu forma de pensar, las cosas que te da miedo cambiar, los comportamientos que te llevan a fracasar una y otra vez para que así conscientemente evites repetir los patrones mentales (por ejemplo, pensarte y visualizarte como victima o sin suerte).
3. La congruencia: Consiste en poner en armonía y equilibrio tus pensamientos, tus sentimientos, lo que dices y lo que haces o dejas de hacer (por ejemplo, quejarte de la corrupción, pero dar mordida en lugar de pagar la infracción si te pasas un alto es incongruente).
4. El juego de roles: En tus relaciones con los demás no siempre te comportas igual, sino que asumes diferentes roles. Se habla de tres posturas que asumimos: como niño (alguien tiene que enseñarte qué hacer), como padre (quien critica, corrige y cuida) o como adulto (independiente y responsable).
5. Comunicación efectiva y afectiva: Lo que comunicas a los demás de manera verbal o  no puede ser negativo (hacerles daño) o positivo; la diferencia esta en la intención. Por ejemplo, no es lo mismo decirle a alguien que su idea es una estupidez que explicarle cómo puede mejorarla.
6. Las experiencias de vida: Algunos afirman que la "infancia es destino", es decir, que las experiencias de nuestros primeros años nos pueden marcar por el resto de nuestras vidas. El problema es que hay quienes lo agarran de pretexto ("me emborracho hasta entre semana porque de chico veía a mi padre pegado a la botella").
7. Reforzando la autoestima: Creer en tus valores y principios, en tus capacidades (mejores para determinadas cosas, no desarrolladas para todas), en las decisiones que has tomado, además de saberte tan competente como cualquiera y ser congruente, son los refuerzos ideales para tu autoestima.

“¿Quién soy yo?”
“Yo soy un cuerpo. Todos tenemos un cuerpo y este aspecto de nuestro ser es el que más obviamente se ve
“Yo soy una persona”, que reacciona emocionalmente. Necesitamos conocer nuestras respuestas emocionales, nuestros estados de ánimo, qué es lo que los causa.
Yo soy parte de una familia. La familia de la que venimos, la familia que soñamos, la familia que creamos. Recordar que enraizado está nuestro nombre en nuestra conciencia, y que gran parte de nosotros es.
“Yo tengo un ser histórico”. Vivimos en un tiempo particular de la historia.
“Yo soy el resultado de mi educación”. Pero también....
“Yo soy el conjunto de mis pensamientos”. Pero también....
“Yo soy el conjunto de mis defectos”. Pero además....
Yo soy mis rutinas. Todos tenemos una rutina que se hace parte de nosotros.
Yo soy un conjunto de valores…
Yo soy amor...
Yo soy espíritu.....
Yo soy misterio... Lo desconocido.”