Enmanuel Kant "Lo exterior es el
reflejo de lo interior".
El ego
humano nos cierra, nos hace ciegos, nos dice que los demás tienen la culpa,
pero en este reloj de arena todos tenemos un grano de ligero material, nadie
tiene más arena que otro, ni menos, nadie es dueño de tantas piedras, nadie es
en absoluto el culpable. Dios ha sido perfecto en repartir la culpa por igual
entre todos
Todas
las cosas, todas las circunstancias que se suceden fuera de nosotros, en el
escenario de este mundo, son el reflejo de los que interiormente llevamos.
El ego nos esta manipulando y controlando a través del
temor y la creencia en la carencia y la limitación.
Hemos sido investidos con las facultades creativas de
pensamiento y sentimiento, como así también el don del libre albedrío.
Nuestros egos inferiores creen que ellos están a cargo
de nuestras vidas y que su propósito y razón de existencia es satisfacer
nuestros sentidos físicos. Ellos también creen que todo lo que necesitan
para hacer cumplir este objetivo es apropiado, aún si esto significa mentir,
engañar o matar. Nuestros egos humanos son aspectos mutados de nuestra
personalidad que en realidad cree que tienen el derecho para hacer cualquier
cosa que sea necesaria para mantener el control de nuestras vidas.
Para confirmar esta verdad, piensen la infinita
cantidad de veces que han tratado de mejorar su vida haciendo cambios positivos
y la resistencia increíble que han recibido desde su ego. Por ejemplo cuando ustedes se comprometen para
mejorar su dieta, no empiezan a desear ansiosamente y de inmediato todo lo que
se supone que no deben comer?
Cuando deciden desarrollar la consciencia de
prosperidad en vez de enfocarse en la carencia y la limitación, no parecen de
repente sus desafíos financieros aún más abrumadores?
Cuando eligen vivir en armonía, no parecen que las
cosas salen a la superficie de repente para confrontarlos y hacer que se
enojen?
Y lo peor de todo, piensen en la interferencia que
recibieron de su ego cuando comenzaron a despertar y verdaderamente recordar
que ustedes son un amado hijo de dios. cuántas veces luego de aceptar esa
verdad sobre sí mismos su cerebro parloteó y su charla consigo mismo dice cosas
como, “a quién crees que le estás tomando el pelo? su vida es un desorden. sus relaciones
son un lío y ustedes casi ni pueden pagar sus facturas. cómo podrían quizás ser un hijo de dios, amado y
emponderado?”…...
Todas estas cosas son el intento del ego
humano para bloquear su progreso en avance, porque su ego sabe que una vez que
su yo dios conduzca su vida, no podrá por más tiempo ser capaz de
manipularlos o controlarlos.
Mientras
no cambiemos interior y psicológicamente, continuará la repetición de todas
nuestras miserias, escenas, desgracias e infortunios. Todas las cosas, todas
las circunstancias que se suceden fuera de nosotros, en el escenario de este
mundo, son el reflejo de los que interiormente llevamos.
Realmente,
los seres humanos reaccionan mecánicamente ante las diversas circunstancias de
la vida, esto nos convierte en víctimas. Si alguien nos adula, sonreímos; si
nos humillan, sufrimos; insultamos si nos insultan; herimos si nos hieren y en
fin, nunca somos libres. Nuestros semejantes tienen el poder de llevarnos de la
alegría a la tristeza, de la esperanza a la desesperación.
Nuestro subconsciente, en ella viven muchas personas o defectos
que son los que piensan, sienten y actúan por nosotros.
En ese sentido nosotros somos como títeres o marionetas
manejados por hilos invisibles, así, un defecto nos hace reír, otro llorar,
otro amar, otro pelear, otro sentirnos grandes, otro sentirnos infelices, otro
robar, otro matar, etc.
Todo lo que vamos hacer, primero lo pensamos, por ejemplo, si voy ha engañar a una mujer pienso lo que le voy ha decir, etc.
Todo lo que vamos hacer, primero lo pensamos, por ejemplo, si voy ha engañar a una mujer pienso lo que le voy ha decir, etc.
RECOMENDACIONES
· Si
nosotros pudiéramos disponer de una practica que nos permitiera conocernos a
nosotros mismos, a nuestras formas de pensar, sentir y actuar, es lógico que
eliminaríamos nuestros defectos, no cometeríamos errores y haríamos de nuestras
vidas algo mejor.
- Es necesario hacernos dueños de sí mismos, si
es que queremos gobernar las circunstancias difíciles de nuestra
existencia.
- Cuando uno cambia interiormente y tal cambio
es radical, lo exterior, las circunstancias de la vida, cambian también.
- Necesitamos de una transformación si es que
queremos cambiar nuestra vida, ello solo es posible, si nos lo proponemos
profundamente. En los Evangelios, san Pablo nos enseña: “ES NECESARIO QUE
MUERA EL HOMBRE VIEJO Y NAZCA EL HOMBRE NUEVO”. El hombre viejo son todos
esos hábitos, costumbres, mecanicidades y defectos. El hombre nuevo es el
CRISTO en cada uno de nosotros.
Escrito por Yris Araujo