sábado, 31 de octubre de 2020

 

 Demuestran la conexión intestino-cerebro en el origen del párkinson

 

 

 

Conoce Tu Panel de Control

 

Cada vez que algo se censura, pongo mi atención allí, ya que seguramente es información relevante para nuestra supervivencia y libertad.

La sabiduría acerca de cómo funcionan nuestras emociones, ha sido sutilmente censurada, ridiculizada, ocultada y por supuesto, nuestra atención es permanentemente alejada de las emociones ¿por qué?

Porque las emociones son nuestro panel de control.

Si estudiamos la evolución de los seres vivos, encontramos que el individuo tiene una interface con el medioambiente (el aparato perceptual). Cada una de nuestras células está dotada de un aparato perceptual (la membrana) que “siente” lo que ocurre en el exterior y también en el interior de la célula.

El “sentir” condiciona el “existir” de un ser vivo. Un ser no vive si no puede sentir.

¿Y es que no les parece ahora normal que quienes nos controlan quieran que no conozcamos nuestro aparato perceptual?

Antonio Damasio, gran neurólogo, investigador y Premio Príncipe de Asturias, escribía  “Siento, luego existo”.

Cuando recibimos un estímulo externo, por ejemplo un sonido, nuestro oído transmite las frecuencias vibratorias de dicho sonido al cerebro. Nuestro cerebro, con impulsos eléctricos consultala base de datos de nuestra experiencia anterior” y decodifica las frecuencias en información emocional. También consulta a cavidad de resonancia de la inteligencia colectiva (la Noosfera) en busca de respuestas de la conciencia de especie.

Nuestro cerebro se hace las siguientes preguntas ¿he escuchado alguna vez este sonido? ¿es este sonido peligroso para mí o para mi manada?, ¿me gusta este sonido?, etc.

Entonces la respuesta de la “base de datos” condiciona “la sensación” disparando una “emoción” y la emoción determina la conducta del individuo frente a dicho estímulo.

Si la respuesta es “es un sonido agradable, no es peligroso para nadie y me gusta”, sentiremos una “emoción agradable” que condicionará a su vez la producción de substancias neurotransmisoras, hormonas, aminoácidos y proteínas de buena calidad que ese sonido desencadenará en nuestro cuerpo. Lo que se fabrique, será el cuerpo nuestro de ese preciso momento y también nuestro estado de conciencia.

Por favor, noten que es la base de datos la que condiciona la respuesta y no el estímulo en sí. Saber esto es muy importante porque cada individuo responde a la realidad según esté programado su cerebro. Las respuestas son individuales y únicas.

La emoción le dice al cuerpo y a la mente cómo reaccionar ante ese estímulo. Por lo que las emociones son el panel de control de la conducta del ser vivo.

Nos lleva a actuar de maneras distintas, según nuestros condicionamientos.

-Alejarse o acercarse al estímulo.

-Fabricar una u otra proteína dentro de mi cuerpo de buena mala calidad.

-Registrar y archivar que es un estímulo positivo o negativo para mi supervivencia y la de mi especie, etc.

Si nos ponemos a reflexionar, las emociones son la mejor guía de supervivencia que tenemos.

Nos dicen qué dirección tomar, si lo que hay es bueno o malo para nosotros y para nuestra especie, y qué decidir en cada momento. Y lo que es más asombroso: nos dicen “cómo SER”.

Es lamentable que el 90% del tiempo no estemos atentos a lo que sentimos. Hay demasiados estímulos ahí afuera que intentan hacerse con el control de nuestra ATENCION.

Por lo que no sabemos reconocer las emociones (permanentemente activas), y al no prestarles atención, cometemos errores.

Si tú aprendes a reconocer cada una de tus emociones, sabrás qué hacer en cada momento CON UNA CERTEZA ABSOLUTA.

Un ejemplo:

Me encuentro con una persona por la calle y nos ponemos a hablar.

Comienzo a sentirme incómoda (emoción)

Entonces, intento despedirme de esa persona y me voy.

 Me he sentido incómoda porque mi Ser sabe que esa persona no está vibrando en frecuencias armónicas con las mías. Hay señales en el “estímulo externo” que le dicen a mi experiencia acumulada y a mi conciencia de especie que eso no es bueno, y por eso me siento mal.

Pero si estoy distraída de lo que siento, me quedaré charlando media hora en la calle con esa persona, incorporando a mi cuerpo todo el mal que no he sabido escuchar de la alerta de mi aparato perceptual y emocional. Mi cuerpo fabricará proteínas de mala calidad y hasta segregará toxinas, sí: en una simple conversación callejera pasa esto.

Es más, muchos de nosotros ya ni siquiera distinguimos las señales…hemos perdido a nuestro panel de control. De hecho, el cerebro no sabe distinguir entre estímulos reales o imaginarios, activa las respuestas de igual manera. Lo mismo nos influye ver un limón que imaginar un limón.

Esto es muy importante porque así los medios pueden estimular nuestra conducta proyectándonos una realidad que no existe, y de hecho lo hacen todo el tiempo. El cerebro no distinguirá y la conducta se disparará de todos modos.

Bien, ¿cómo hacemos para recuperar nuestro panel de control y entrenarnos en su funcionamiento?

Porque yo quiero ser la dueña de mi vida. ¿Y tú?

Entonces, tengo que poner la ATENCION en lo que siento, y ¡¡¡ esto lo tengo que hacer durante todas las horas en las que estoy despierta!!!!!

Pero además, tengo que habituarme a CONFIAR en lo que siento y dejarme GUIAR por mis emociones.

Ahora que soy el capitán de este barco, si me encuentro con una persona y me siento mal, pues lo que debo hacer es salir de allí lo antes posible. De modo contrario, si me acerco a una persona y me siento bien en su compañía, debo quedarme a su lado y compartir experiencia.

Durante miles de años nuestro panel de control fue de otros. Llegó el momento de tomar el sartén por el mango, no hay más excusas, debes aprender a escuchar a tus emociones si quieres ser una persona libre y sana.

Durante miles de años nos han engañado y nos han hecho creer que las propias emociones no son válidas, que hay que reprimirlas a tal punto de no escucharlas nunca más, y que hay que poner la ATENCION en otras cosas.

Las emociones son el timón de la vida, el maestro más sabio que hay en nosotros y no debemos desconfiar de ellas, por el contrario, seguirlas a rajatabla.

El ser vivo existe gracias a sus emociones. Si no se siente, no se está vivo.

Y las emociones, son el panel de control de la conducta, pues son las que generan la respuesta a seguir ante las situaciones que nos presenta la realidad cotidiana.

LA CLAVE ES PREGUNTARNOS ¿CÓMO ME ESTOY SINTIENDO AHORA?

Un auto-escanner encendido las 24 horas es la clave de la supervivencia y la correcta adaptación al medio.

Cuando dormimos, esta función emocional sigue trabajando para estimular conductas de respuesta a nuestro cuerpo ante necesidades. Por ejemplo, si el cuerpo está deshidratado y necesita agua mientras estamos durmiendo, la glándula pineal segregará más dimetiltriptamina y proyectará frecuencias que nuestro cerebro decodificará como ríos, mares o frescos vasos de agua. Soñaremos con líquido.

La pineal, una vez que sepa que nuestra conciencia ha soñado con el líquido, cortará radicalmente la secreción y otra glándula nos proveerá de los neurotransmisores necesarios para poner en funcionamiento el estado de vigilia, para despertarnos.

La emoción que sigue es la “sensación” de sed, lo que llevará a la conducta de levantarse de la cama para ir a beber agua. Así nuestro cuerpo se asegurará de que tengamos el líquido suficiente.

Ahora, lo que les propongo es hacer las emociones conscientes durante la vigilia para tomar el control de nuestros cuerpos y nuestras mentes y no cedérselo inconscientemente a terceros…

¿Cómo me siento ahora mismo?

Si la sensación es buena, es porque lo que estás haciendo o la persona que tienes delante es buena para tu existencia.

Si la sensación es negativa, debes cambiar lo que estás haciendo de inmediato hasta que vuelvas a sentirte bien.

Una vez que hayas practicado lo suficiente, el panel de control te va mostrando más funciones. Porque las tiene, y son impresionantes.

Las emociones son la mejor guía para la toma de decisiones, te sirven también para orientarte en el espacio vital, por ejemplo cambiar muebles de lugar o ir a caminar por el sitio correcto y no por el sitio que representa un peligro. A qué personas acercarte y de cuáles alejarte.

Y lo que es mejor, es que una de las funciones más alucinantes que tiene este panel de control, es la capacidad para intuir todo tipo de situaciones antes de que éstas se produzcan (gracias a la conexión a la Noosfera), pero para llegar a activar la intuición, es necesario primero pasar por la fase de trabajo (aprender a manejar el panel de control)

1) Preguntarte qué estás sintiendo en cada momento.

2) Detectar su “sabor”, es decir decodificar qué tipo de emoción estás sintiendo. (Aunque te parezca extraño, esto es lo que más le cuesta hacer a la gente porque nos han programado para que no podamos discernir el tipo de emoción que sentimos)

3) Confiar en ella.

4) Dejarse guiar desde esa emoción

Y un último tip:

Hay emociones que son básicas para la supervivencia:

El miedo y el amor. Por lo que si llegas a detectar cualquiera de ellas en tu Ser, debes inmediatamente tomar conciencia de qué estás haciendo en ese momento. Jamás debes ignorar estas dos emociones, porque de hacerlo, tu vida correrá serio peligro.

¿Empezamos a practicar ahora mismo?

¿Cómo te sientes en este mismo momento?

¿Qué es lo que está disparando esa sensación?

 

Por Bianca Atwell

 

 

 

jueves, 29 de octubre de 2020

El nervio vago se relaciona con sentimientos de paz interior 

 

Hoy vamos a hablar del nervio Vago, uno de los nervios más largos del cuerpo, y que es uno de los doce pares de nervios que emergen del cerebro; y se extiende desde la base del cerebro hasta las cavidades del tórax y abdomen donde conecta con el corazón, estómago, intestinos, riñones e hígado. 

A este nervio también se le conoce como “el nervio de la compasión” ya que es el responsable de las sensaciones “calurosas” que sentimos cuando abrazamos a alguien o cuando algo nos conmueve o provoca ternura. Esto se debe a que el nervio vago produce una sustancia asociada al estado de tranquilidad. 

Su enorme importancia radica en su acción en la salud física y mental; y porque con él podemos obtener el control del estrés a través de su estimulación. De ahí el valor de conocer a este maravilloso nervio que es el encargado de controlar la relajación, recuperación y regeneración de nuestro organismo. Todo eso lo consigue porque es capaz de ralentizar la frecuencia cardiaca, disminuir la tensión arterial, facilitar la digestión e inducir el sueño. También su estimulación libera tres hormonas básicas para la gestión del estrés (prolactina, vasopresina y oxitocina) e interviene en la estimulación del sistema inmunitario. Su activación hace que nos sintamos conscientes y alerta, pero al mismo tiempo relajados y libres de estrés. 

 En la sociedad actual todos vamos más o menos «acelerados» y cada vez nos resulta más difícil «frenarnos» de forma natural. Para lograrlo, con demasiada frecuencia se recurre a «soluciones externas», entre las cuales la más peligrosa es el abuso de los tranquilizantes, con sus graves consecuencias a medio y largo plazo. La buena noticia, es que existen técnicas capaces de calmarnos sin tener que recurrir a las pastillas o a cualquier otra «solución» externa. Podremos lograr la estimulación natural del nervio vago a través de una serie de maniobras que sirven para regular el latido cardiaco, como son: aguantar la respiración (igual que para detener el hipo); o contraer los músculos del abdomen como si se fuera a recibir un puñetazo en el estómago. Y aunque nos ayudan a regular el tono del vago; una de las formas más efectivas de encontrar un punto de paz interior a través de la estimulación del nervio es mediante técnicas de respiración, y con la meditación. 

Aunque no lo parezca, necesitamos aprender a respirar correctamente. Y me imagino que muchos pueden pensar que respiran correctamente. Pero si no se hace con el diafragma, lo estamos haciendo superficialmente y por tanto, nos estamos privando de los beneficios de una buena respiración. Estamos programados culturalmente para respirar superficialmente, evitando que la barriga sobresalga, de manera que la mayoría de personas respiran de manera inversa: al inhalar hinchan el pecho sin utilizar el diafragma, y al exhalar relajan el abdomen 

El diafragma es el músculo que separa la cavidad torácica de la abdominal, es plano y tiene forma de cúpula. El hecho es de que cada vez que inhalamos y entrar aire se aplana y contrae, empujando a las vísceras abdominales hacia abajo, y provoca que la barriga sobresalga; mientras que al exhalar, vuelve a la posición de partida, y la barriga se aplana. Con la respiración diafragmática obtenemos efectos positivos en la exhalación, ya que el ritmo cardiaco desciende activando al nervio vago. De manera que al respirar lenta y profundamente, con mayor duración de la exhalación, generamos mayor actividad del vago, y con eso aumentamos los efectos relajantes y regenerativos en nuestro organismo. 

Existen otras maneras de estimulación para que se produzcan las sensaciones de bienestar, por ejemplo, escuchando piezas musicales que nos gusten y nos hagan estremecer; ese estremecimiento es resultado de la activación del nervio vago. De igual manera, las “corazonadas” o intuiciones casi instintivas son producto de una estimulación emocional de ese tipo. 

Estimulando conscientemente el nervio vago pueden producirse efectos de tranquilidad y paz interior que contrarrestan las molestias y “ardores” del estrés o la ansiedad. Si acompañamos los ejercicios de respiración con meditación y pensamientos positivos podemos encontrar calma y armonía, sobre todo cuando hemos estado sometidos a largos e intensos periodos de estrés y ansiedad. 

Si incluimos esto a la rutina cotidiana no sólo estaremos contrarrestando la negatividad del estrés, sino que también ayudaremos al cuerpo a regenerarse más rápidamente, y encontrar puntos de equilibrio que llegan hasta un nivel celular.