Neuroplasticidad: Para adultos y niños, flexibilidad o rigidez en lo que
aprendemos
Por Nancy Ortiz
Cuando hacemos algo
y lo repetimos muchas veces generamos en nuestra vida lo que llamamos hábito.
Un hábito puede ser un modo de ser o una forma de hacer, la cual se aprendió al
repetirla gran cantidad de veces. Por ejemplo, podemos estar acostumbrados (habituados)
a hacer la cama cada vez que nos levantamos, a despertarnos a la misma hora
aunque nos hayamos dormido a distinto horario; podemos tener el hábito del mal
humor a la mañana, de ser ansiosos, tendientes a pasividad, amabilidad,
alegría, o incluso, a la enfermedad. En definitiva, podemos tener el hábito de
hacer algo que nos haga felices o infelices, y seguir sosteniéndolo solo
porque, al repetirlo tantas veces mecánicamente, parecemos programados a seguir
haciéndolo.
Todo es cuestión de
cuántas veces hayamos ensayado sistemáticamente una acción o forma de ser,
generando así un aprendizaje, que sumado a la totalidad nos define y nos crea.
Aprender o
desaprender es cuestión de neuroplasticidad
Cada vez que
pensamos en hacer una acción el cerebro manda la orden para que nuestro cuerpo
realice lo deseado. Lo hace con ayuda de neuroquímicos que transmiten el
mensaje. Las neuronas son las que reciben esta información, se conectan entre
sí (sinapsis neuronal), y finalmente nuestro cuerpo responde haciendo lo que
queríamos.
Pero he aquí el
punto que nos puede servir para conocernos y conocer lo que nos sucede: La
sinapsis o contacto entre neuronas se refuerza, incluso se hace permanente, con
el uso. Es decir, cuando repetimos algo una y otra vez se generan siempre los
mismos químicos, y las neuronas hacen una y otra vez el mismo camino. El cuerpo
se habitúa a estos químicos, el
camino neuronal deja cada vez más huellas, y de tanto repetir y hacer lo mismo,
las neuronas memorizan el camino; incluso algunas veces ya no viajan, se quedan
allí permanentemente, se cristaliza la conexión neuronal en cierto lugar. Así
nosotros adquirimos un nuevo aprendizaje.
A esta propiedad
del cerebro de aprender y fijar el aprendizaje nuevo a partir de la experiencia
se la llama plasticidad
neuronal.
Ahora, ¿qué pasa si
lo que aprendemos no nos hace felices y simplemente somos esclavos de una
rigidez en nuestro cerebro a causa de repetir sistemáticamente una misma cosa,
porque tal vez así nos lo han enseñado o así lo hicimos y nos sirvió en un
momento pero ahora ya no más?
Por supuesto al
hablar de aprendizaje debemos hablar también de Niños. En la educación de los
niños lamentablemente a diario se les enseña hábitos que después cuesta trabajo
revertir. Muchos son enseñados por inconsciencia. Simplemente el adulto al
hacer determinadas cosas o al ser de determinada manera reiteradamente, le está
fijando al niño un aprendizaje. Es decir, le está fijando una red neuronal que
luego actuará por sí misma en el niño. Recibo a diario consultas por el tema
“Límites”, las preguntas en general rondan en “cómo hago para que el
niño no haga más tal cosa y aprenda otra”, “cómo hago para que respete cuando
hablo con otros adultos, cómo hago para que ordene sus juguetes, cómo hago para
que responda de determinada manera, etc."
Lo que respondo es: "El niño en algún momento aprendió eso que
tanto molesta o queremos cambiar. De quién, cómo y por qué, es trabajo para
observar en las acciones de los adultos y el entorno que lo rodea. Ahora hay
que trabajar en revertirlo."
Si se trata de
cambiar algo ya siendo adultos, convengamos que tal vez aquello que queremos
cambiar lo hemos repetido ¡hasta incluso por 20 años!. Cambiar esta rígida
sinapsis neuronal nos puede llevar tiempo, paciencia y mucha consciencia, ya
que el cerebro querrá volver al camino conocido porque así se lo hemos
enseñado.
Afortunadamente el niño tiene una plasticidad cerebral mayor. Es decir, que así como rápidamente aprende algo, rápidamente puede aprender otra cosa y suplantar el aprendizaje anterior. Y lo hará naturalmente, porque naturalmente es plástico (flexible) neuronalmente. Por eso no hay nada que no se pueda revertir.
Pero cuidado, no solo nosotros, los adultos, somos sus educadores. La excesiva exposición a la TV y los juegos tecnológicos violentos TAMBIÉN son maestros del flexible y absorbente cerebro del niño. Los predispone a la violencia y agresividad porque el cerebro aprende repitiendo por dentro lo que ve afuera. Así que aquí también hay que poner el foco.
Afortunadamente el niño tiene una plasticidad cerebral mayor. Es decir, que así como rápidamente aprende algo, rápidamente puede aprender otra cosa y suplantar el aprendizaje anterior. Y lo hará naturalmente, porque naturalmente es plástico (flexible) neuronalmente. Por eso no hay nada que no se pueda revertir.
Pero cuidado, no solo nosotros, los adultos, somos sus educadores. La excesiva exposición a la TV y los juegos tecnológicos violentos TAMBIÉN son maestros del flexible y absorbente cerebro del niño. Los predispone a la violencia y agresividad porque el cerebro aprende repitiendo por dentro lo que ve afuera. Así que aquí también hay que poner el foco.
Continuando, como
he dicho, tenemos a favor del niño (y a nuestro favor), que ellos tienen aún
más neuroplasticidad que los adultos. Así como pueden incorporar algo
rápidamente, también pueden cambiarlo por un hábito nuevo y olvidando lo
anterior, si le enseñamos ese camino. Requerirá por supuesto de la ayuda de un
adulto dispuesto y consciente.
Si somos padres,
maestros, terapeutas de niños, la pregunta que les sugiero hacerse es: ¿Qué les
estamos enseñando a los niños? ¿Cómo revertimos ese camino insano? ¿Cómo
potenciamos aquello que le da al niño armonía y equilibrio?
Y para ti sugiero
que te preguntes: ¿Qué has repetido sistemáticamente? ¿Tu cuerpo responde a una
memoria que expande o limita tu Ser? ¿Qué camino repites diariamente, a dónde
te está llevando? ¿Te sientes pleno en ese lugar?
El camino
hacia un nuevo aprendizaje
“Somos lo que hacemos repetidamente. La
excelencia, por lo tanto, no es un acto, sino un hábito.” Aristóteles.
Muy acertado artículo, debemos prestar atención a lo que convertimos en HÁBITOS, alli puede estar marcada nuestra felicidad o infelicidad.Gracia por tan interesante información.
ResponderEliminarhttp://nfnmarianela.blogspot.com/